Todo sigue igual. Nada ha cambiado. Así percibe el feminicidio en Ciudad Juárez, la periodista Diana Washington Valdez, quien desde El Paso, la ciudad texana pegada a la urbe mexicana, ha visto por años los asesinatos de jóvenes y la impunidad.
Lo ha visto casi todo. Su olfato periodístico y su lucha contra el feminicidio le aseguran algo: hoy lo que falta es la voluntad política del presidente Vicente Fox.
En entrevista con cimacnoticias, la víspera de la presentación de su libro Cosecha de Mujeres: Safari en el desierto mexicano, Washington Valdez está convencida de que ya no hay más que las distintas policías puedan escudriñar. «Ya tienen las investigaciones suficientes, ya saben quienes son. Lo han ocultado».
Por ello, la periodista de cabellos muy largos, conmina a «la autoridad máxima de México, Vicente Fox,» para que actúe en Ciudad Juárez y así evitar más asesinatos contra mujeres, más asesinatos de jóvenes bajo el mismo patrón en otros lugares de la República.
«Lo peor del asunto es como se ha grabado, que este patrón brutal (de asesinatos) de mujeres se repite en otras partes. Se desata el mismo patrón en la República y temo que va caer en la negación».
Ella lo ha escuchado en Ciudad Juárez «no es un problema», «los datos se exageran», «se infla un problema». Sin voluntad política de Vicente Fox «vamos a seguir igual que hace 10 años», dice.
Y aunque haya nuevas fiscalías, comisiones, nombramientos, «lo que se requiere es que metan en la cárcel a los asesinos. Si no están los verdaderos (homicidas), todo seguirá igual».
Es cierto que está desanimada y, también, amenazada: «me recomendaron mucho en Estados Unidos que no viniera.» Pero asegura que el compromiso moral con las familias, periodistas y gente de la academia que son parte del libro, así como una insistencia en enterar al mundo sobre lo que pasa en Chihuahua la trajeron a la presentación.
Par seguir en la línea asegura que «me ha motivado es ver el dolor de las familias, darme cuenta de la saña de los asesinatos y lo peor, que he visto es la indiferencia de las autoridades que comprueban que nada les importa porque ya hubiera hecho justicia.
En su libro, Diana Washington, que plantea la hipótesis de que algunos de los asesinatos son perpetrados por jóvenes pertenecientes a prominentes familias de Juárez, cuenta cómo adoptó el término feminicidio.
Ni siquiera está segura de lo que significa ser feminista, dice en las últimas páginas de su libro.
«Pero creo que trabajando muy de cerca en ello nos ha cambiado a todos. He agregado la palabra feminicidio a mi vocabulario. Y me di cuenta que me había enfocado en una serie de crímenes (los asesinatos seriales) a costa de los restantes «homicidios comunes, sin castigo».
Y agrega que la mayoría de los asesinatos cometidos por los hombres en contra de las mujeres, sean familiares o desconocidas se llevan a cabo para demostrar el poder sobre la víctima. Así, Juárez, otras ciudades de México y Guatemala viven «asesinatos de género».
2005/MR/SJ
