En los últimos dos años, la geopolítica del hambre en el mundo ha cambiado y la ecuación hambre =subdesarrollo pasó a ser hambre =crisis por conflictos armados, convulsiones políticas y por el VIH/Sida, afirmó el director de Acción contra el Hambre, Olivier Longué.
Al presentar su informe en ocasión de los días de la Alimentación y de la Erradicación de la Pobreza en el mundo (16 y 17 de octubre), Olivier Longué dijo que las causas de la pobreza son diferentes y el número de personas con hambre es de 840 millones, según cifras de Organismos No Gubernamentales (ONG).
Indicó que de acuerdo con información de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en 2003, 45 millones de personas tuvieron que vivir de la ayuda humanitaria, el doble que en 2002, publicó hoy Canal Solidario.
«El Sida, dijo, impacta directamente sobre la producción agrícola, ya que afecta a personas en edad de trabajar. Los padres se mueren antes de que lleguen a explicar a sus hijos cómo se trabaja la tierra», de acuerdo con datos de los cooperantes de Acción contra el Hambre.
Respecto a la violencia, Longué especificó que no es el conflicto lo que provoca el hambre, sino que ésa se está utilizando como una verdadera arma dentro de los conflictos que llega a ser de «destrucción masiva».
Pero el hambre también existe en los países industrializados, y se calcula que afecta a 15 millones de personas, la mitad de ellos en Rusia y aunque este fenómeno se creía erradicado, se manifiesta en enfermedades provocadas por la desnutrición, añadió.
El informe Geopolítica del hambre señala a tres responsables de esa situación: los gobiernos, los grupos armados y la comunidad internacional.
Destacó que la ayuda internacional no sólo no ha aumentado sino que, en 2003, la mitad de la misma se destinó a Irak, un país con innumerables problemas excepto uno, el hambre. Mientras tanto, en Angola no hay dinero suficiente para erradicar la pobreza extrema.
Aseveró que el conflicto en Irak marcó la entrada de la empresa privada, que se lleva gran parte de esta ayuda y el nuevo papel del ejército, que se dedica a tirar sacos de harina que no siempre llegan a quienes más lo necesitan.
Las soluciones existen y uno de los últimos ejemplos es el del caso de Bam (Irán), donde luego del terremoto ayudamos a más de 40 mil personas y se impidieron casos de hambre y epidemias.
Anunció finalmente la creación de un observatorio del hambre con sedes en Londres, París y Nueva York.
2004/LR