A las mujeres se nos educa desde pequeñas en y para la función de ser madres, tanto por ser aptas biológicamente para la maternidad, como en el trabajo social del maternazgo, que se refiere a los cuidados y atención que procuramos a los demás.
Desde el siglo pasado, integrantes del movimiento feminista empezaron a analizar y mostrar aspectos relacionados socialmente con la maternidad; así como a establecer diferencias entre ésta y el concepto de maternazgo.
De acuerdo con la directora del Grupo de Información y Reproducción Elegida (GIRE), Marta Lamas, la maternidad se refiere al proceso biológico que se lleva a cabo en el cuerpo de la mujer durante la gestación y el parto; mientras que el maternazgo está relacionado con la responsabilidad emocional y la crianza.
Sin embargo, el maternazgo no sólo se ejerce con las hijas e hijos. En este sentido, la antropóloga y feminista Marcela Lagarde asegura que todas las mujeres ejercen algún tipo de maternazgo, ya sea en la escuela, la casa, con los amigos, con los padres, con la pareja, con los compañeros del trabajo, alumnos, etcétera.
Lagarde afirma que la población femenina nace socialmente como madre, por lo que no se establece diferencia entre maternidad y maternazgo. Por ello, entre varias categorías de análisis, distingue a las mujeres-madres.
Así, las mujeres-madres son madres aunque no tengan hijos o hijas. No importa su edad, estado civil u otros factores relativos a la maternidad, pues en ellas recae la responsabilidad del cuidado de los demás, es decir, ejercen el maternazgo sobre sus familiares o amistades.
En el libro El Ejercicio de la Maternidad, de Nancy Chodrow, publicado en 1978, la autora señala que la capacidad biológica para ser madres no es razón suficiente para que las mujeres sean condicionadas por la sociedad como las personas que deben ejercer el maternazgo.
En este sentido, tanto social como culturalmente se considera que por ser las mujeres quienes gestan y paren, a ellas les corresponde el cuidado y socialización de niñas y niños. Por ello, las feministas aseguran que tener y criar hijos no representa lo mismo en la vida de los hombres que en la de las mujeres.
En México, de acuerdo con un estudio elaborado por el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), hay más de 23 millones de mujeres que son madres las cuales dedican una parte muy importante de su vida al cuidado y a la formación de las hijas e hijos.
El análisis destaca que si se estimara el tiempo que las mujeres dedicaron al cuidado de los menores durante la gestación y los primeros tres meses de vida, con respecto a los nacimientos de 2000 –dos millones 798 mil 339–, el tiempo total que las madres entregaron al conjunto de la sociedad mexicana equivale al tiempo de vida de 37 mil 311 personas.
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