Con el objetivo de discutir el tema de la violencia femicida y feminicida, legisladoras de México, España y Guatemala, así como representantes de la sociedad civil, se reúnen en La Antigua para abordar temáticas sobre legislatura, políticas de seguridad específicas, las investigaciones, la impunidad y los planes que realizarán para normar el tema.
En un acto protocolario, coordinado por el Organismo Legislativo de Guatemala, Hilda Morales, embajadora de Conciencia de Amnistía Internacional (AI), al inaugurar el evento, hizo una reseña en relación con el origen de la calificación de los crímenes contra mujeres, que se calificaba por la condición sexual.
El término se fue diluyendo hasta llegar al homicidio, que es empleado para describir las muertes de hombres y mujeres, indistintamente, por lo que es necesario considerar la figura del femicidio, indicó la maestra.
Chile y Guatemala aún tienen un concepto homogéneo del flagelo, pero en México ya se emplea el término violencia feminicida, que se refiere a los asesinatos de mujeres en el plano político y su impunidad, aseveró la embajadora de Amnistía.
Morales aseguró que el objetivo de los diálogos interparlamentarios es ubicar las particularidades que existen del fenómeno entre los países y generar interés entre los funcionarios de gobierno para legislar a favor de la penalización de esos crímenes.
Es indispensable visibilizar la misoginia y la saña con que son muertas las mujeres, que no sólo dejan marcas en los cuerpos, sino desesperanza para las familias, que se tienen que enfrentar a un sistema de justicia que se caracteriza por la impunidad, puntualizó la feminista.
La falta de castigos severos ha sido un incentivo para que los victimarios continúen realizando crímenes en contra de las mujeres, aseveró la embajadora de Conciencia.
La representante de Amnistía Internacional, dijo que en Guatemala se comenzó a normar a favor de las mujeres en 1964; previo a ese cambio, si un ama de casa abandonaba el hogar por motivos de maltrato, el esposo podía, por medios legales, obligarla a regresar y de nuevo era expuesta a sufrir femicidio; actualmente la legislación contempla cierta protección, pero aún no hay leyes específicas para la defensa de los derechos de las guatemaltecas.
El femicidio es un problema de políticas, ya que por años se ha dicho que la violencia en contra de las féminas es de ámbito personal, pero lo personal es político, por lo que es indispensable que los funcionarios realicen acciones para contrarrestar el fenómeno, puntualizó Morales.
El sistema de justicia no posee estadísticas fiables, por lo que la embajadora de Conciencia solicitó a las autoridades la desagregación de datos por etnia y sexo; pareciera una conspiración perversa, el no atacar efectivamente la violencia contra la mujer, que ha sido ubicada en los medios de comunicación como nota roja, agregó.
Morales hizo un llamado a las y los legisladores a reformar el Código Penal, que en su opinión es una Constitución en negativo, donde se garantiza la integridad sin discriminación, sin embargo un violador puede ser absuelto de culpa si se casa con su víctima.
Finalmente, la embajadora de Amnistía Internacional dijo que las reflexiones que se hacen durante los eventos hay que llevarlas a la práctica; ya que además de un cambio de leyes las y los guatemaltecos necesitan un cambio de actitudes, para erradicar la problemática y promover los derechos de las mujeres.
El II Diálogo Interparlamentario de Violencia Feminicida se lleva a cabo en La Antigua, con el objetivo de discutir reformas legislativas a favor de la erradicación de la violencia contra las mujeres; participan congresistas de España, México y Guatemala y culminará hoy.
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