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Escasos los testimonios de mujeres que abortan

Por Alejandra Landón Salazar

Un estudio referente al aborto clandestino realizado en México en 1996, por las investigadoras Marta Rivas Zivy y Ana Amuchástegui Herrera y Population Council, presenta testimonios de 12 mujeres mexicanas que han abortado.

Las mujeres que lo practican temen por su integridad y ser sancionadas por el marco legal vigente. Otra de estas situaciones es la inferioridad con que la sociedad machista se refiere a las mujeres, que trunca el desarrollo intelectual, social y sentimental de la mujer, la cual es víctima de violaciones, maltrato físico y psicológico.

No obstante, las mujeres reclaman su lugar como protagonistas en el proceso de transformación que vive la sociedad mexicana actual, comentan Rivas y Amuchástegui: «Si bien el aborto inducido es un problema común entre muchas mujeres de nuestra sociedad, aceptarlo públicamente entraña riesgos legales y psicosociales que son difíciles de asumir».

En su opinión, existen dos órdenes fundamentales por las que una mujer decide abortar. La primera se deriva del aspecto económico y de apoyo a la crianza, pues «la mujer simplemente no puede solventar los gastos que implica la manutención de un hijo». Y la segunda tiene que ver con condiciones subjetivas de la mujer, «la mayoría de las veces no está lista física ni psicológicamente para ser madre».

LAS VOCES

«Bueno, me casé?, me junté con un muchacho, tenía 20 años y yo 19, y a los 20 tuvimos un bebé», habla Lolita, de 34 años de edad, quien tuvo que abandonar su casa a los 12 años para buscar trabajo. Después de su primer embarazo utilizó píldoras anticonceptivas de manera errática y se embarazó dos veces más, abortó en el último embarazo, cuando se separó de su marido.

«El otro día le estaba platicando a mi hija, hasta me dieron ganas de llorar, porque le dije que (?) yo tenía muchas ganas. A la mejor ese hijito todavía estuviera conmigo, como me siento tan solita, a lo mejor ese niño todavía no se casara, o no se?», comenta Marcela de 65 años,

Marcela interrumpió tres embarazos en condiciones muy riesgosas por mandato de su marido, por causa de cuestiones económicas para la manutención de la familial. No tuvo la oportunidad de utilizar métodos anticonceptivos, porque no existían, hasta después de su quinto embarazo.

«Hubo un momento en el que justifiqué tener un hijo y que él se sintiera seguro de mi, porque siempre fue muy celoso. El que tuviera un niño? con él seríamos una familia y él vería que ya estaba dispuesta a se la compañera de toda su vida y que no se iba ir».

Es la voz de Ana María, de 42 años, madre de dos hijos, quien interrumpió su primer embarazo porque la relación que tenía con su primer pareja era «ilegítima»; con él que es ahora su esposo tuvo su primer hijo, practicó otro aborto en su tercer embarazo ¿la causa, cuestiones económicas, dice.

Clarisa de 29 años de edad, estuvo casada y tuvo dos embarazos que interrumpió, el primero por motivos profesionales y el segundo por que estaba en vías de separación con su esposo. Actualmente vive en unión libre con su segunda pareja.

«No les gusta (a la familia) mucho esta parte de lo social, de que no está casada con él, les preocupa lo que la gente piensa y las costumbres y los valores que ellos tienen».

CONSIDERACIONES SOBRE EL ABORTO

La iglesia católica condena como pecado la realización del aborto, conceptualizando a las mujeres que lo practican como asesinas. Conforme la sociedad cambia la ideología, la tradición judeo-cristiana contradice sus preceptos y pierde el control de sus fieles por sus nuevos estilos de vida.

Despenalizar el aborto no liberará la forma de pensar católica, no cambiará las tradiciones familiares más arraigadas que dominan en la sociedad mexicana; tampoco exenta a la práctica médica de salvaguardar al cien por ciento la integridad física de la mujer, consideran, según las autoras.

Por otro lado, el aborto debe abordarse como lo que es: un problema de salud pública, mencionan Rivas y Amuchástegui.

«El gobierno y las instituciones correspondientes a este ámbito, deben procurar la difusión de campañas promoviendo el uso adecuando de anticonceptivos, de una responsabilidad mayor frente al riesgo de un embarazo, esforzarse para que la sociedad tenga un nivel más alto de conocimientos en educación social».

07/ALS/CV

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