El Senado de la República aprobó la reforma al Código Penal Federal en su artículo 85 para que se favoreciera y agilizaran las preliberaciones, sobre todo de las mujeres que se encuentran en las cárceles por delitos contra la salud, que se ha incrementado en los años recientes en los 446 centros penitenciarios de todo el país.
Las mujeres no habían sido contempladas para muchos lugares, incluyendo las cárceles, de ahí sus condiciones de hacinamiento, insalubridad, falta de servicios médicos especializados en el tratamiento de los cánceres cérvico-uterino y de mama, la atención pre y postnatal, las enfermedades infecciosas o los trastornos de la menopausia y de la tercera edad.
Hacen falta centros de reclusión diseñados especialmente para las mujeres que incluso siendo madres puedan convivir con sus hijos menores, los cuales también requieren de una estancia infantil.
Lo anterior es porque el 80 por ciento de ellas son madres de familia, el 95 por ciento estaba en actividades productivas, tan solo hay un 3 por ciento de reincidencia y nunca se ha registrado en nuestro país algún motín femenino.
Sin embargo, en muchas de las cárceles, las mujeres son controladas para que realicen labores de limpieza y cocina, así como para la prostitución sobre todo en Baja California, Tijuana, Michoacán, entre otros.
Cuando expresan sus demandas uno concluye que no necesitan tanto que se les adornen las cárceles, sino que se les apoye para que después de algún tiempo razonable puedan gozar de su libertad y reintegrarse a sus familias y a la sociedad.
El incremento en cuanto al número de mujeres en las cárceles, se traduce en mayores problemas de hacinamiento y abusos dentro de las prisiones, situación que se ha hecho extensiva al interior de los Estados, teniendo que construir anexos a las cárceles de hombres con una división de tan sólo una maya ciclónica.
Es de considerar incluir este tema en la agenda política nacional para que se mejoren los sistemas administrativos, legales y de readaptación social, dada la ausencia de políticas sociales.
Por ello, la Comisión Especial del Senado para conmemorar este año, los cincuenta años del voto de las mexicanas, acordó solicitar a los gobiernos de los estados, la revisión de los casos de las mujeres reclusas para que de conformidad con su legislación local, tengan derecho a las preliberaciones con actos muy significativos alrededor del 17 de Octubre, fecha en que se publicó el decreto del reconocimiento de los derechos políticos de las mujeres.
La respuesta de parte de los gobernadores ha sido extraordinaria, Tlaxcala respondió que de cinco reas, dos de ellas podrán salir este año, atendiendo esta respetuosa recomendación.
La mitad de las entidades federativas está revisando sus casos y nos están enviando la información sobre el número de mujeres recluidas, las características de los delitos, los años de sus penas, el porcentaje que llevan del tiempo de su condena, etc. Mostrando un interés en la necesidad de hacer estas revisiones.
Las personas que están en las cárceles, no son necesariamente la escoria de la sociedad, muchas de ellas han vivido circunstancias adversas y han errado en la salida. Dicen que el que no cae, resbala, pero todos y todas coincidimos en que la libertad es un gran tesoro.
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2003/LS/MEL
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