Entre la población pensionista afiliada a la Seguridad Social en España, el número de mujeres tiende a aumentar, según declaraciones del secretario de Estado de Seguridad Social, Octavio Granado.
Aunque «las altas en las contingencias comunes derivadas directamente de la afiliación, como son la jubilación y la incapacidad», cada vez tienen menos distinción por género, «se va a mantener una mayor presencia de mujeres en las jubilaciones derivadas, fundamentalmente de la viudedad y las pensiones a favor de familiares».
El secretario de Estado de Seguridad Social explicó que «tenemos que aspirar» a la media del sistema de cotización contributivo de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), donde las personas cotizantes, de entre 20 y 50 años, suponen un 55 por ciento de hombres y 45 de mujeres.
Granados explicó que la tasa de crecimiento de la afiliación es del 4 por ciento en el caso de las mujeres y del 2 por ciento en el de los hombres, pero matizó que el significado de estos datos «es algo ficticio» porque aunque se jubilan muchos más hombres, la esperanza de vida de las mujeres es mayor y el número de pensionistas tiende a igualarse.
MENOR RETRIBUCIÓN
Las pensionistas españolas cobran menos porque el sistema contributivo supone que cada persona recibe en función de lo que ha cotizado, y los hombres suelen jubilarse con una media de 35 años trabajados mientras que las mujeres lo hacen con 15.
Por otro lado, más de la mitad de las pensionistas lo son por viudedad, y además las mujeres «son hegemónicas en regímenes especiales en los que no se cotiza por lo que se gana sino por la base mínima».
Para corregir estas diferencias retributivas, durante los últimos cuatro años el Gobierno ha aumentado progresivamente todas las pensiones mínimas.
«Subimos las pensiones de dos millones de mujeres y menos de un millón de hombres, como una práctica de acción afirmativa», o discriminación positiva, agregó. A su juicio, es una forma de compensar la insuficiencia de cotización que ha generado la vida activa de las mujeres, derivada de las labores que realizan, es decir, «del hecho de que desarrollan trabajos no explícitos y por los que no se cotiza a la Seguridad Social».
El Secretario de Estado reconoció que estas medidas sólo atenúan diferencias pero no solucionan el problema porque «lo que ganamos en diferencia de sexo subiendo las pensiones mínimas, porque favorecen más a las mujeres que a los hombres, lo perdemos porque las nuevas altas siguen marcando diferencias», ya que las nuevas pensiones son «mucho más altas» que las antiguas.
CONCILIACIÓN
Para Granado, uno de los objetivos a conseguir es que para las mujeres no sea incompatible trabajar y tener hijas e hijos, y que puedan cotizar el mismo número de años que los hombres. Para ello apostó por fomentar las medidas de conciliación y por conseguir que las mujeres accedan a empleos mejor pagados que les permitan mejorar su base de cotización.
«Las mujeres, por tanto, seguirán trabajando el mismo número de años que los hombres y no van a interrumpir su vida laboral por la imposibilidad de compatibilizar su vida familiar y laboral». Una solución sería, a juicio del secretario de Estado, aumentar la vida laboral de la población española, aunque entiende que si bien éste es un «objetivo deseable», mucha gente puede considerarlo «aberrante».
La nueva reforma de la Seguridad Social que se está discutiendo en el Senado pretende flexibilizar las condiciones de jubilación ofreciendo ventajas e incentivos económicos. «Lo que le decimos a la gente es que, si se jubila más tarde, va a tener ventajas, una pensión mayor, puede buscar formas de tiempo parcial».
El número de personas que cobran pensión en España es de ocho millones: 4 millones 200 mil son mujeres, con una media de edad de 73 años, y el resto son hombres con una edad media de 65. Por viudedad, hay 2 millones 70 mil mujeres que cobran pensión y 150 mil de hombres.
El Secretario de Estado de Seguridad Social hizo estas declaraciones en la apertura del encuentro internacional Proyecto de vida de las mujeres. Vivir la vejez, que se inauguró en Madrid con la presencia de la directora del Instituto de la Mujer, Rosa Peris.
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