Mañana viernes vence el plazo para que el gobierno mexicano fije su postura en torno a la orden de deportación que existe contra la trabajadora indocumentada Elvira Arellano, quien desde su reclusión en una iglesia de esta localidad, pidió ayuda al presidente Vicente Fox.
«Yo soy el blanco», afirmó la activista mexicana al indicar que en este momento los ojos de la comunidad que demanda la legalización y el freno a las deportaciones y redadas, espera la respuesta del mandatario mexicano.
?Todos los días, diferentes representantes de los medios de comunicación, me llaman para saber si ya tenemos respuesta. Y el plazo vence este viernes».
Explicó que de lograr su estadía en el país, «es como le sirvo al gobierno mexicano, luchando por los derechos de los inmigrantes», precisa Elvira, quien desde hace tres años trabaja en todo lo relacionado con la defensa de los derechos humanos de la clase trabajadora.
Respecto a la carta que entregó su hijo Saúl en la Casa Blanca solicitando una audiencia con el presidente George Bush, dijo que solo han argumentado que la agenda del presidente «esta muy ocupada».
Mientras que las deportaciones en contra de mujeres y hombres indocumentados se aplican en el estado de Florida y en Ilinois, Elvira urgió a frenar esos procesos «somos seres humanos que venimos a este país a trabajar y requerimos que se nos respete, no somos criminales?, subrayó.
Las movilizaciones previstas para demandar una reforma legal humana son una caminata desde Chicago a la Casa Blanca, por parte de padres de familia e hijos de trabajadores indocumentados.
Elvira Arellano, denunció la detención de que fueron objeto ocho trabajadoras y trabajadores de limpieza, el domingo pasado a las dos de la mañana.
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