Inicio Exigen feministas hondureñas la Constituyente y desconocen a Porfirio Lobo

Exigen feministas hondureñas la Constituyente y desconocen a Porfirio Lobo

¡Sin las mujeres la Constituyente no va! fue la consigna en la voz del movimiento en resistencia de las mujeres y feministas hondureñas este 1º de mayo, Día Internacional del Trabajo, en una manifestación popular que tuvo como eje principal dos peticiones: la continuidad del movimiento de resistencia, que no reconoce a Porfirio Lobo como presidente de la República, y la integración de una Asamblea Constituyente.

Al frente va la «abuela de la resistencia», doña Dionisia, de 75 años. Lleva un megáfono con el que hace valer su dicho, una y otra vez: «¡Adelante! ¡Adelante! ¡Que la lucha es constante!», «¡Asesinos! ¡Asesinos!», «¡Castigo a los culpables!».

De ella se dice que nunca antes participó en movimiento alguno, que su vida entera la dedica ahora a la resistencia y que a partir de junio de 2009 rompió con el marido.

La anécdota va de boca en boca. Todo empezó cuando en su casa se descompuso la licuadora. El esposo de doña Dionisia le dio el dinero para repararla y cuando ella iba en camino vio que en un almacén había una rebaja de megáfonos. Tomó entonces la decisión de invertir todas las lempiras (moneda nacional) que llevaba en esta compra y salir a protestar a las calles.

Desde entonces a la «abuela de la resistencia» se le ve por todas partes gritando consignas a favor de la Constituyente. Por eso ya no tiene esposo. Dejó de vivir con ella porque cambió la compostura de la licuadora por un megáfono y ya no le hace sus licuados.

De la mano de su madre, Karina Salgado, Karla de 8 años miraba curiosa pasar a las y los manifestantes, reía con las consignas y el ruido de las cornetas y tambores de la banda del grupo de jóvenes de las escuelas secundarias de Tegucigalpa.

«Es la lucha por la libertad de nosotros, porque aquí los ricos tienen el poder y el pueblo no tiene nada», comentaba orgullosa Karina al ver pasar a los contingentes señalando a mujeres y hombres dirigentes del FNRP, explicando el porque de su presencia en esta celebración.

La llegada de Xiomara de Celaya, vestida de blanco y rodeada por un cordón humano de seguridad, interrumpió sus palabras. «¡Mire ahí va la primera dama!», exclama. Es entonces que se escucha un «¡Mel amigo, el pueblo está contigo!» que se repetirá en distintos momentos de la marcha.

Una mancha lila y morada apareció de repente entre los contingentes, son las feministas en resistencia. «¡Ni golpes de Estado! ¡Ni golpes a la mujer!», son algunas de sus demandas.

También están las y los maestros en paro, integrantes de la huelga de hambre del Sindicato de Trabajadores de Nacional Autónoma en la Universidad, quienes exigen la reinstalación de más de 100 compañeras y compañeros despedidos, la comunidad lésbico-gay con pancartas denunciando el desabasto de medicamentos retrovirales, la Asociación de Prensa Hondureña que piden se aclaren los crímenes contra periodistas y se garantice el libre ejercicio de su profesión.

Otras consignas las gritan «las chonas» del Movimiento por la Paz Visitación Padilla, que van más atrás y desde marzo pasado están promoviendo una campaña contra el feminicidio en Honduras: «¡Las queremos vivas!», «¡Alto al feminicidio!», «Castigo a los culpables!».

Convocada por el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), integrado por 48 organizaciones según informes de la prensa local, y las tres principales centrales obreras de Honduras (CTH, CUTH y CGT) la marcha se realizó en un ambiente de fiesta en medio de un panorama económico desalentador, sin la aprobación de un ajuste al salario mínimo y con elevados niveles de desempleo (alrededor de 45 por ciento).

Tres horas y media duró el recorrido de más de 40 mil personas, que inició en las instalaciones de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) y terminó en una plaza frente al aeropuerto de Toncontín, lugar donde el 5 de julio de 2009 fue asesinado el activista Isis Obed Murillo, cuando se esperaba la llegada del ex presidente Manuel Zelaya a esta ciudad capital.

Banderas de Honduras, mantas con letras doradas, camisetas rojas, imágenes que se confundieron con la presencia de una vigilante policía preventiva, jóvenes pintando bardas y la música de corridos, bandas de guerra y ritmo de punta.

La marcha salió a las 8 de la mañana con un contingente de motocicletas que le abrieron camino y concluyó a las 12:30 del mediodía con la participación de sólo dos oradores, Luis Baquedano, en representación de las centrales obreras, y Juan Barahona, por el FNRP que hasta ahora continúa sin reconocer a Porfirio Lobo como presidente y mantiene su demanda de la integración de una Asamblea Constituyente que devuelva la institucionalidad que el país perdió con el golpe de Estado de junio del año pasado.

10/CV/LGL

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