Las guatemaltecas, que han sido víctimas de violencia, pueden sufrir, además de consecuencias físicas, otras secuelas como inestabilidad emocional, dificultad de concentración, desapego, alcoholismo, drogadicción, agresividad y conductas autodestructivas, indicó Ana Gladys Ollas.
De acuerdo con información de Prensa Libre, Ollas, la titular de la Defensoría de la Mujer de la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH), dijo que de enero a abril del presente año, se han recibido en esta entidad mil 373 denuncias por violencia.
Según la Defensora de la Mujer, cada denuncia de una mujer violentada cuesta mucho al Estado, pues no sólo es la atención de salud por las agresiones, sino también la inversión en abogados, investigación, tiempo y la contratación de jueces.
A decir de Ollas, en ocasión del Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres, en Guatemala los derechos de la población femenina son violentados constantemente, principalmente aquellos que tienen relación con la erradicación de las muertes violentas y maternas de mujeres, el bienestar de la salud sexual y reproductiva y la eliminación de la desnutrición.
Finalmente, Ollas recordó que la falta de acciones para erradicar la mortalidad materna, es otra forma de violencia contra las mujeres y tan sólo en lo que va del año han ocurrido unos 44 casos.
10/GM/LR/LGL