El Gobierno de Estados Unidos extraditó temporalmente a México a José Francisco Granados de la Paz, quien confesó ante la autoridad norteamericana que participó en diez casos de feminicidio en Ciudad Juárez, entre 1993 y 2006.
El joven fue puesto a disposición del Juzgado Segundo Penal de Ciudad Juárez, donde compareció ayer jueves durante siete horas. La Procuraduría de Justicia del Estado de Chihuahua lo acusa específicamente del homicidio de Mayra Juliana Reyes Solís, cometido en junio de 2001, cuyo cadáver se localizó en el Campo Algodonero de Avenida Ejército Nacional y Paseo de la Victoria, al lado de otras 11 osamentas de mujeres.
El Ministerio Público leyó la declaración que hizo Granados de la Paz en Estados Unidos y éste la validó. Acusó como cómplices a Edgar Álvarez Cruz y Alejandro Delgado Valles, quienes anteriormente fueron detenidos.
Durante la audiencia, el inculpado reveló que hace días informó a la Agencia Federal de Investigaciones (AFI) que todavía hay enterrada una persona en la casa de Edgar, en la calle Armando Chávez número 623.
El inculpado fue vinculado a proceso, dentro del nuevo sistema de justicia penal, pero antes de que continúe el proceso tendrá que regresar a Estados Unidos a cumplir la condena que tiene allá porque sólo se trata de una extradición temporal.
México solicitó la extradición temporal para que acudiera a declarar en el proceso que entabló en su contra el Ministerio Público de Ciudad Juárez.
Granados de la Paz cumple una pena en la prisión federal de Lewisburg, en Philadelphia, Pennsylvania, que terminará en el 2010.
El detenido confesó que participó en diez asesinatos de mujeres. Dijo que lo hizo como ofrenda a Satanás.
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