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Fox, populista y spotero

Por Soledad Jarquín Edgar

Ante la falta de ideas claras para gobernar, para hacer lo que se llama políticas públicas, los que gobiernan han encontrado en la televisión y, menos en la radio, mecanismos que en apariencia los acercan a su pueblo.

Por eso, Vicente Fox, llamado el spotero presidente de México, aparece durante todo el día, en cualquier momento de la programación, diciendo las bondades de su gobierno. Sus asesores de medios y de imagen lo exponen con mucha más frecuencia de lo normal a decir barbaridad y media ante millones y millones de mexicanas y mexicanos que esperamos respuestas.

Cierto que a lo largo de la historia hemos visto a los presidenciables y a los presidentes decir muchas mentiras. Sólo por recordar citaré aquella frase de Bienestar para tu familia de Ernesto Zedillo, el ex presidente al que evocaremos únicamente por dos cosas: la crisis de diciembre de 1994 y su salida de Los Pinos junto con el PRI. Todo lo demás no existe ahora en la memoria.

La palabra y la imagen son hoy elementos fundamentales en el trabajo hacia las elecciones presidenciales del 2006, pero en este último tramo Vicente Fox insiste en demostrar en los medios que su gobierno ha sido bondadoso; que, además, nos ha cumplido. Claro, de esta manera le echará una «manita» al candidato del PAN.

Y, aunque tendría que estar acostumbrada, como el resto de las y los mexicanos, porque la mala receta le fue copiada con toda rapidez por todos los políticos del país, no dejan de sorprenderme tantas mentiras por televisión.

Pues, ¿cómo se explica usted a un Vicente Fox, presidente de un país con 120 millones de habitantes, haciendo lugar en su agenda para sentarse junto al teléfono en su casita de Los Pinos, en su oficina, y esperar que los paisanos y paisanas que regresan de Estados Unidos en esta temporada le llamen porque han sido maltratados cuando vuelven a su propia tierra?

Escribo esto porque es indignante ver al presidente diciendo que «personalmente estará pendiente», y les da un teléfono 01 800, de ésos que rara vez funcionan. No, realmente tanto engaño me molesta porque todavía hay quienes creen que sí lo va hacer, que el presidente atenderá sus demandas. Pero yo diría, ¿acaso tenemos respuestas como para confiar?

Si el presidente Fox atendiera personalmente los problemas de este país, «personalmente» le diría que muchas y muchos mexicanos no tendrían que ir a rifarse la vida como ilegales a Estados Unidos de Norteamérica, donde el presidente George W. Bush anunció ya nuevas medidas para evitar la emigración ilegal, y ése, señor Fox, es el punto: ésa es la realidad que tendría que atender «personalmente».

Insistiré entonces: alguien tiene que callar al presidente de México. Su política populista, que por cierto tanto le criticó al ex jefe de gobierno del Distrito Federal y ahora candidato del PRD a la presidencia, Andrés Manuel López Obrador, es un lastre real para este país que exige respuestas y no comerciales de televisión con productos que no sirven, igual que si fueran pastillas, jabones o dietas para adelgazar, igual.

Para sus comentarios: [email protected]

*Periodista mexicana

05/SJ/YT

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