Setenta y nueve mujeres fueron asesinadas por sus parejas o algún conocido durante el año pasado -más de seis mujeres por mes– en Perú, según una investigación realizada por el organismo Estudio para la Defensa de los Derechos de la Mujer (DEMUS) en ese país.
Como en muchos otros países, en Perú no hay datos oficiales que indiquen el número exacto de feminicidios, esto es, el homicidio de mujeres sólo por ser mujeres, y que resulta de una visión machista donde el homicida cree tener en sus manos la vida de una mujer.
Bajo esta óptica, DEMUS realizó un seguimiento de las noticias sobre homicidios de mujeres durante el año 2003 cometidos por parejas o ex parejas de las víctimas; agresores que habían requerido sentimental o sexualmente a la víctima; y los cometidos por parientes que aprovecharon su relación con la víctima para someterla.
Cecilia Reynoso Rendón, abogada de DEMUS, dijo a la agencia Mujeres Hoy que «un análisis comparativo de los diarios nos permitió identificar que no necesariamente ambos medios registran las mismas noticias». La cifra de 79 mujeres podría ser mayor de haber analizado noticias aparecidas en otros medios.
La investigación constató que un rasgo común de las noticias es referirse a los casos como «homicidios pasionales», tratamiento que contribuye a la idea de inimputabilidad de los asesinos atribuyendo el hecho a los celos o la infidelidad, que suscitan reacciones «incontrolables».
En más del 70 por ciento de los casos, el homicida es una persona cercana a la víctima; en un 27 por ciento no se ha identificado al agresor y , por lo tanto, es posible que dentro de ese número se encuentren más homicidas que eran conocidos por las víctimas. Sólo en un caso el homicida era un desconocido.
La mayoría de las víctimas tenía entre 16 y 25 años de edad (37.6 por ciento) es decir, eran mujeres jóvenes y sexualmente activas. De acuerdo a la investigación, «esto está íntimamente relacionado con las razones de los homicidios, publicados en los diarios.
En la mayoría de los casos existe una relación entre el homicidio y el control y dominio sobre la sexualidad de las mujeres, de hecho, en varias de las noticias «encontramos que el homicida ataca sexualmente a la víctima antes de asesinarla».
El DEMUS concluye que las políticas públicas estatales son insuficientes para atender este problema, puesto que el sistema de administración de justicia aún no tiene mecanismos que brinden protección efectiva a las mujeres que solicitan garantías para su vida, y denuncian la violencia de sus parejas.
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