La dirigente del Movimiento de mujeres por la Paz, Visitación Padilla, Merly Eguigure, detenida durante 2009, después del golpe de Estado, por su trabajo de defensa de los Derechos Humanos, describió el futuro de Honduras en entrevista con Cimacnoticias.
Merly es la coordinadora nacional del programa de organización y explica el funcionamiento de la Red de Consejeras en Violencia Doméstica.
Se trata, dice, de una estructura cuya tarea especial es apoyar a las mujeres que sufren violencia en sus comunidades, para facilitar puedan acceder a la justicia porque en muchas ocasiones nos encontramos con mujeres que no van a interponer la denuncia por temor, porque no saben dónde queda el lugar, precisamente porque no tienen información.
Entonces el papel de las consejeras es orientar, desde las comunidades a estas mujeres, en las opciones que tienen para atender su caso, pero también para su atención con el uso de la homeopatía.
Las consejeras son mujeres que han pasado por un proceso de capacitación, que viven en las comunidades, que no son universitarias, la mayoría de ellas tienen la educación primaria, pero son expertas en el tema de la violencia en diferentes ángulos, desde el punto de vista social, legal y de la salud integral.
¿Estamos hablando de cuántas mujeres y de qué zonas son?
Aquí en Tegucigalpa hay cerca de 50 consejeras, también en las ciudades de La Paz, en la Ceiba, en Pira, hay en cada uno de estos lugares entre 15 y 20, no hay una edad específica pero generalmente son mayores de 20 y 65 años, y son voluntarias.
¿Qué logros han tenido?
Los resultados son diversos. Por ejemplo, en el caso de Tegucigalpa el logro más importante que hemos conseguido es que estas consejeras entren a las audiencias, donde se juzgan los casos de violencia, y puedan ser testigos de la resolución de los mismos, firman como testigos.
Aquí es importante aclarar, que si no son testigos o profesionales de derecho, no pueden entrar a las audiencias, pero nuestras compañeras a través de un acuerdo con la coordinadora de los juzgados de violencia, han logrado entrar.
Son reconocidas en la comunidad. Por ejemplo, el alcalde es muy solidario con las consejeras de violencia, en San Sebastián que es un municipio del departamento más pobre de Honduras, ese alcalde es solidario con las mujeres que son consejeras. Las lleva en su vehículo para poner las demandas.
Entonces son varios logros, el hecho es que las mujeres mismas puedan, por ejemplo, en las comunidades, dar capacitación en las iglesias, escuelas, colegios, es uno de los logros más importantes.
Muchos agresores han llegado incluso a amenazar a las compañeras y decirles cosas como «mi mujer me dejó por tu culpa», pero hasta ahora no hemos tenido ningún caso que lamentar de agresores.
Pero sí recibimos en las oficinas de Tegucigalpa hombres que van violentos a gritar y querer reclamar, pero no les queda otra opción. Tuvimos el caso de un diputado del parlamento centroamericano acusado por una hija, de no querer sostenerla económicamente, cuando lo citamos nos dijo que a él no le alcanzaba su salario, vimos su coche y era una camioneta del año. Logramos firmar con él un acuerdo económico.
También hay periodistas que agreden a sus compañeras y llegan a decir que su trabajo «los estresa», que sus compañeras no los atienden, pero cambian. La gente nos reconoce como la organización que advierte de violencia, que denuncia.
De acuerdo a las necesidades que se detectan nos reunimos, hay reuniones que son de cada departamento, también tenemos el Encuentro Nacional de las Consejeras de Violencia, donde vienen de todos los departamentos del país, sobre todo para hacer un análisis de la problemática.
Actualizamos a las compañeras en procesos de reforma de leyes, en manejo de técnicas de sanación integral, entonces varía el proceso de formación, de conocimiento: el código de niñez, el código penal, el código de familia, todas las leyes que están vinculadas con el problema de la violencia.
En abril pasado, organizaciones feministas y civiles de Centroamérica y México presentaron en las instalaciones del Movimiento por la Paz «Visitación Padilla», del que Merly forma parte, la Campaña regional por el acceso a la justicia para las mujeres de la que forman parte Guatemala, El Salvador, Nicaragua, México y Honduras.
Gladys Lanza –coordinadora nacional del movimiento feminista conocido aquí como «las chonas»— señaló que el objetivo de la campaña es llamar a la sociedad civil y a los Estados para terminar con la impunidad y se haga justicia a las mujeres y sus familias que han sido víctimas de feminicidio (muerte violenta) en la región.
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