Las organizaciones de mujeres estarán vigilantes sobre la actuación del nuevo gobernante Álvaro Colom, quien tomó posesión el pasado 14 de enero, pues en su discurso prometió que su período de gobierno será para los que menos tienen, entre ellos las mujeres, quienes constituyen la mitad de la población y han sido históricamente marginadas y discriminadas.
De acuerdo con Dora Amalia Taracena, de Convergencia Cívico Política y Ciudadana de Mujeres, el inicio del período del nuevo gobierno marcó una pauta importante para la población femenina y los indígenas, quienes fueron relegados de su gabinete de gobierno, informa la agencia Cerigua.
Según la profesional, las mujeres continuarán su lucha a favor de la equidad de género y seguirán de cerca las acciones del Presidente de la República de Guatemala, quien deberá promover acciones encaminadas a cerrar la brecha de las desigualdades que existen en el país.
A decir de Taracena, se seguirá apostando a la reforma de la Ley Electoral y de Partidos Políticos, con el fin de promover y exigir la presencia de mujeres en los puestos de elección popular y toma de decisiones, un aspecto urgente a cambiar en el país.
Dicha reforma es necesaria pues, como afirmó recientemente la periodista Ileana Alamilla, el resultado electoral para las mujeres (19 de 158 diputados son mujeres, y seis alcaldesas de las 332 corporaciones municipales) «demuestra la legitimidad de las demandas desatendidas y los enormes esfuerzos que hay que continuar haciendo para hacer efectiva la plena participación política femenina», en este país centroamericano.
Además, sólo cuatro mujeres indígenas tienen una curul en el actual periodo legislativo, lo que equivale al 2.53 por ciento del total de congresistas y, en el caso de las alcaldías, sólo hay una indígena entre las seis electas, o sea, 0.02 por ciento del total.
En suma, la característica del nuevo gabinete gubernamental es la ausencia de mujeres a cargo de los ministerios y las secretarías.
Ejemplo de ello es que hasta el 7 de enero, la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), dada la filosofía que profesa y el apoyo recibido por parte de ciertas organizaciones de la sociedad civil, no haya nombrado ni siquiera a una mujer en el equipo ministerial, indicó Hugo Maúl, en la columna titulada Mujeres y Gobierno, publicada en la sección Opinión de elPeriódico
LA FAMILIA, SIN MUJERES
Colom ha mencionado en varias ocasiones la creación del Ministerio de la Familia, con el fin de recuperar los valores y principios familiares, una propuesta que debe ser analizada, para que no sea un ente que alimente los fundamentalismos morales, sin apegarse a la realidad guatemalteca donde se reporta un alto porcentaje de madres y padres solteros, subrayó Dora Amalia Taracena.
Alamilla, por su parte, ha insistido en la importancia que tiene el fortalecimiento y apoyo financiero a la Secretaría Presidencial de la Mujer (Seprem), «un incuestionable logro del movimiento de mujeres, así como la continuidad y efectivo cumplimiento de la Política Nacional de Promoción y Desarrollo de las Mujeres Guatemaltecas, por parte de todas las instituciones públicas».
Por eso, el anunciado Ministerio de la Familia, proyecto de la esposa del presidente Álvaro Colom, dice Alamilla, no puede sustituir a esta institución, pues equivaldría a un retroceso que este país no puede darse el lujo de permitir. Tampoco es aceptable que la Seprem quede como un simple adorno.
DERECHOS SEXUALES Y REPRODUCTIVOS
De igual forma, otras organizaciones, como la recién formada Alianza Contra la Violencia Sexual, constituida por seis organizaciones que velan por los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y que atienden a víctimas de violencia, están decididas a realizar acciones que erradiquen este problema y promuevan el respeto a la dignidad humana.
La Alianza contra la Violencia Sexual está integrada por la Asociación Guatemalteca de Mujeres Médica (AGMM), el Comité de América Latina para la Defensa de los Derechos de las Mujeres (Cladem), Tierra Viva, Asociación Tan Ux’il, la Instancia por la Salud de las Mujeres y la Fundación Sobrevivientes.
Tienen como propósito que el Estado guatemalteco cumpla con los marcos legales existentes respecto a los delitos de tipo sexual, así como institucionalizar el tratamiento de la temática a través del trabajo coordinado entre las entidades que conforman la Alianza.
De ser verídico lo dicho por el presidente de la República, Álvaro Colom, en su discurso de toma de posesión, su gobierno velará por el bienestar y la seguridad de las mujeres y las niñas guatemaltecas, con el fin de erradicar la discriminación y la violencia de género, tanto la Alianza como el Gobierno estarán en sintonía para acabar con esos problemas.
Los casos de violencia sexual, aseguran las organizaciones, se han incrementado en los últimos años y es un tema que debe ser abordado como un problema de salud pública y no como una emergencia médica, tampoco como un caso médico-legal. El Estado debe reconocer que es imperante su atención a nivel nacional y crear políticas específicas, afirma la Alianza.
Es un tipo de violencia que conlleva graves consecuencias como las infecciones de transmisión sexual, VIH/SIDA, embarazos no deseados y problemas psicológicos, los cuales no han sido previstos por el sistema de salud.
De igual forma, si Colom cumple con su plan de brindar seguridad a la ciudadanía, tendrá que abatir el grave problema del feminicidio que se extiende por el país, según las cifras que diversas organizaciones han dado a conocer.
Tan solo en la capital del país, dice el Centro de Análisis Forense y Ciencias Aplicadas, el perfil más común de quienes son asesinadas diariamente en ese departamento son mujeres jóvenes, menores de 30 años, sin ocupación definida, probablemente no incorporadas al mercado laboral formal, en su mayoría solteras, pertenecientes a un nivel social con altos índices de exclusión.
En la mayoría de los casos registrados por las autoridades, las víctimas fueron atacadas con una agresividad maligna, misma que no ha sido estudiada, a manera que se conozca el por qué de los hechos.
08/GG/CV
