A la ola de declaraciones contradictorias sobre la violación y muerte de la señora nahua Ernestina Ascencio, a manos de presuntos militares, se suman las especulaciones sobre el paradero de sus hijas e hijos y el hallazgo del cadáver de otra mujer violada en la sierra Zongolica, que revive la indignación y el miedo entre la población serrana.
Para la Procuraduría General de Justicia de Veracruz el caso está cerrado, mientras el Ministerio Público Militar, que reconociera la violación de la señora, guarda hermetismo sobre sus propias investigaciones.
El último día de abril, Francisco, Marta, Juana y Carmen, descendientes de doña Ernestina, partieron a Xalapa, a bordo de autobús de lujo, tras la entrega de otros seis millones de pesos en apoyos de parte del gobierno del estado, para conocer el dictamen que también se daría a conocer a la opinión pública.
Ahí estuvieron hospedados en el Hotel México y revelaron al medio electrónico www.alcalorpolitico.com que iban a recibir dinero del gobierno del estado, además de que el gobernador les hizo la promesa de ayudar a todo el pueblo.
Pero a una semana de emitido el dictamen, no se sabe con certeza el paradero de los hermanos Inés Ascencio. El Gobernador de Veracruz asegura que se ubican en la Ciudad de México. Sin embargo, vecinos de Tetlacinga aseguran que se encuentran en el interior de sus nuevas viviendas construidas por el Gobierno estatal, hoy custodiadas celosamente por seis policías, con dos patrullas del Instituto de la Policía Auxiliar de Veracruz.
Y mientras vecinos y autoridades del lugar buscan la forma de contactar a la familia para exigir que apelen dentro del plazo de 15 días que marca la Ley el Dictamen emitido por la PGJE, los más de tres mil indígenas que desde un inicio se solidarizaron en el reclamo de justicia hoy cuestionan el mutismo de los descendientes directos de la señora Ernestina.
Por su parte, Emeterio López Márquez, procurador de Justicia, y Juan Alatriste, Fiscal Especial en el caso, fueron contundentes: Ernestina Ascencio murió por causas naturales, no había crimen que perseguir.
Cabizbajo y sin responder cuestionamiento de la prensa, el fiscal veracruzano no pudo aclarar las causas por las cuales días antes había afirmado enérgicamente ante legisladores y medios de comunicación que el crimen de Ernestina Ascencio no quedaría impune.
AHORA ADELAIDA
La tarde de ayer nuevamente el miedo, pero también la indignación, se apoderaron de la comunidad nahua, tras el hallazgo del cadáver de quien en vida se llamara Adelaida Amayo Aguas, de 38 años de edad, empleada de la caja Solidaridad del municipio de Zongolica.
Su cuerpo en estado de putrefacción fue encontrado por lugareños en un camino de terracería en la desviación al municipio de Mixtla de Altamirano. La mujer, que se encontraba desaparecida desde el pasado miércoles, presenta rastros de violación y estrangulamiento.
Las autoridades del Ministerio Público de Zongolica y el subprocurador de Justicia en la zona centro, Miguel Mina Rodríguez, guardan hermetismo sobre este nuevo asesinato en la zona serrana.
Sin embargo, la noticia del nuevo asesinato se difundió rápidamente en la zona serrana, reviviendo la indignación de las comunidades indígenas.
07/LCM/GG