Al inicio de un nuevo sexenio, la violación a los derechos humanos y laborales (en su modalidad de explotación) son las constantes en las maquiladoras mexicanas, que operan bajo el cobijo del gobierno y en absoluta impunidad.
Rotación constante de personal, jornadas excesivas, desdén a los riesgos de trabajo, salarios deficientes e incertidumbre laboral viven a diario quienes han visto en la maquila su única opción de sustento (en su mayoría son mujeres), tal y como documentan las organizaciones laborales y de derechos humanos.
Pese a las denuncias públicas que se han hecho sobre violación a derechos laborales en las últimas dos décadas, hasta ahora no hay un mecanismo que regule la situación de estas empresas.
Un ejemplo es la maquiladora Monclova Internacional, de la transnacional Sara Lee, ubicada en el estado de Coahuila, que una vez más cerró sus puertas este año, dejando sin empleo alrededor de mil 800 personas, de las cuales, mil 200 son mujeres.
A mediados del 2006, trabajadoras de esta empresa denunciaron las precarias condiciones laborales en que se encontraban y pese a que Monclova Internacional se comprometió a solucionar el conflicto, la única respuesta fue el cierre de la maquiladora en noviembre pasado para ser reinstalada con otra razón social en El Salvador, Guatemala y Honduras.
De acuerdo con Cristian Ponce, representante legal de las trabajadoras, la empresa cerró enfrentando 15 demandas en las que pedían tres meses por concepto de indemnización, aguinaldo y prima vacacional.
En entrevista con Cimacnoticias, Cristian Ponce dijo que las trabajadoras de esta maquila tienen más de 35 años de edad con un promedio de cuatro hijos, además, cerca del cincuenta por ciento son jefas de hogar, por lo que quedar sin empleo significa que sus familias quedarán desamparadas.
Si bien está la opción de irse a otras maquiladoras (tan sólo en Coahuila hay ocho, según testimonios de las trabajadoras) en la realidad sólo es cambiar de lugar porque las condiciones de trabajo son las mismas.
Como lo ha documentado en su oportunidad el Centro de Reflexión y Acción Laboral (Cereal) las condiciones de las mujeres en estos espacios de trabajo empeoran año tras año.
Tan sólo el estado de Chihuahua ha perdido más empleos en la maquila. Del 2001 a febrero del 2005 fueron despedidas 22 mil 377 mujeres en ese sector. Baja California perdió 17 mil 443 empleos y Sonora 15 mil 408, en sólo cuatro años, según Cereal.
Especialistas en el tema que han hecho investigaciones al respecto, consideran que este tipo de industria si bien ha generado muchos empleos para mujeres, principalmente, es porque éstas representan mano de obra más barata que se «puede reemplazar fácilmente».
Diversos estudios señalan que en nuestro país 25 por ciento de la mano de obra industrial trabaja en las cuatro mil 79 maquiladoras distribuidas en el territorio mexicano.
Ante la naturaleza o magnitud de los abusos de las empresas del sector maquilero hacia las y los trabajadores la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), ha emitido recomendaciones al gobierno mexicano.
Desde 2004, este organismo internacional de la Organización de Estados Americanos (OEA), señalaba que la ausencia del Estado y de autoridades competentes para inspeccionar a estas empresas, provoca los abusos y discriminación en contra de las trabajadoras, por lo que considera indispensable revertir esa situación.
A dos años de emitida esta recomendación, «el gobierno del cambio» tampoco pudo enfrentar a estas empresas (algunas internacionales) que se instalaron en nuestro país desde 1994, con la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio (TLC) impulsado por el priista Carlos Salinas de Gortari.
El autoproclamado «presidente del empleo», Felipe Calderón, tiene sin duda otra herencia –que si bien procede de otras administraciones– refleja que pese a la «apertura de más empleos» las condiciones que ofrecen continúan siendo muy precarias para quienes día con día se incorporan a ellos.
06/LGL/MR
