El gobernador neoyorkino Eliot Spitzer informó ayer en Washington, durante una conferencia de prensa, que dio marcha atrás a su plan de otorgar licencias a trabajadoras y trabajadores indocumentados.
Hillary Clinton, quien no estuvo presente, emitió un comunicado en el que respalda la decisión del gobernador, que el New York Times publica hoy: «Como presidenta, no avalaré las licencias de conducir a la gente indocumentada. Presionaré por una reforma migratoria comprensiva que lidie con todos los problemas que están alrededor de la inmigración indocumentada».
Spitzer, por su parte, dijo: «he llegado a la conclusión que el estado de Nueva York no puede, por sí solo, efectivamente hacerse cargo de este problema». Admitió que la abrumadora oposición a su iniciativa la llevó al fracaso.
El plan había sido presentado como una manera de mejorar la seguridad local, evitar accidentes viales y hacer que las y los inmigrantes indocumentados pudiesen «salir de la penumbra», reporta la agencia de noticias AP.
En tanto, locutores de la radiodifusora Amor 91.3, en su segmento especial de todos los jueves, dedicado a la inmigración, sostuvieron que lo que faltó fue un apoyo total al gobernador, reconociendo que hizo falta más organización por parte de la población inmigrante indocumentada.
Los locutores habían emprendido una campaña de firmas y una huelga de hambre a favor de la medida. Pero admitieron que los opositores, que son los menos, se movilizaron con más estrategias.
Subrayaron que lo que las y los inmigrantes indocumentados deben de entender es que si se deciden a no laborar –no con asistencia a marchas– sino simplemente no salir un día, «esta nación se paraliza».
MÁS PARTICIPACIÓN
Paralelamente, Eduardo Juárez, de la Fundación Internacional del Migrante, conminó a las y los inmigrantes indocumentados a hacerse presentes en el proceso electoral estadounidense como «voluntarios» en las campañas políticas de los y la candidata presidencial.
Juárez no se inclinó por candidato o candidata alguna en lo particular, solo precisó que este «voluntariado» será de grandes beneficios, pues la o el nuevo presidente de Estados Unidos tendrá que solucionar el problema que representa a la nación la inmigración indocumentada.
CANDIDATURAS Y MIGRACIÓN
Por lo pronto, éstas son algunas posiciones de la y los precandidatos presidenciales, de acuerdo con la televisora Univisión:
Por parte de los Demócratas, Hillary Clinton está a favor de una reforma migratoria, con énfasis en la reunificación familiar, que favorezca a los millones de indocumentadas e indocumentados que residen en Estados Unidos
Barack Obama también favorece una reforma migratoria, que beneficie a las y los indocumentados, siempre y cuando paguen multas y demuestren manejo del inglés.
John Edwards está a favor de una reforma de las leyes de inmigración que posibiliten el camino de la residencia a los millones de indocumentadas e indocumentados, previo pago de multas y demostración de que dominan el idioma inglés.
Bill Richardson favorece la reforma migratoria que le dé estado legal a los millones de indocumentadas e indocumentados que ya residen en el país, junto al reforzamiento de la seguridad en las fronteras.
Por parte de los Republicanos, Rudolph Giuliani, en las últimas semanas, ha resaltado que acabaría con el problema de la migración indocumentada y que se debe reforzar la seguridad en la frontera.
Fred Thompson resalta que se debe mejorar la seguridad en las fronteras para frenar la migración indocumentada.
Mitt Romney está en favor de un muro en la frontera y de incrementar la inmigración legal a Estados Unidos. Se manifiesta en contra de las ciudades que ofrecen protección a las y los indocumentados (conocidas como santuario).
Y John McCain favorece la medida de asegurar la frontera para evitar el flujo de la migración indocumentada.
07/LPB/GG
