Sin poderse sustraer a las injusticias que aquejan a la humanidad, la premio Nobel de Literatura Nadine Gordimer recibió aquí la misiva que activistas y escritores mexicanos le hicieron llegar sobre los impunes crímenes de mujeres en Ciudad Juárez.
Nadine Gordimer, la sudafricana blanca que habló contra el Apartheid y actual vicepresidenta de la organización de escritores PEN Internacional visita México para el Primer Congreso de las Américas que desde el 21 de noviembre hasta mañana jueves discute sobre Diversidad Cultural y Libertad de Expresión.
Muy menuda y octogenaria desde hace siete días –su cumpleaños fue el pasado jueves—mostró a Cimacnoticias y otro reportero la carta que portaba en una carpeta azul al detallar que las jóvenes asesinadas son «mujeres en ciertas áreas que han sido brutalmente maltratadas, violadas especialmente en las ciudades de la frontera.»
«Tengo la carta», reiteró, sobre el documento firmado por Norma Andrade e Isabel Vericat, familiar y activista respectivamente sobre las asesinadas y desaparecidas en la ciudad fronteriza. Así como los escritores David Huerta, Verónica Murguía, Federico Cambell, Enrique Vila-Matas y Juan Villoro, entre otras.
Sin abundar más sobre Ciudad Juárez, la Premio Nobel 1991 que cuestionó la racista división del Apartheid sudafricano desde los años 50, reflexionó brevemente sobre los derechos humanos.
«Mis preocupaciones sobre los derechos humanos se refieren a todos los sexos, a los tres géneros: mujeres, hombres, homosexuales. Tendríamos que tener los mismos derechos», dice con una voz agitada que contrasta con un gesto permanentemente dulce.
«Algunos, desde luego, tienen menos derechos que otros, y a lo largo de los siglos, las mujeres en particular han estado sin sus derechos en distintas sociedades y formas», prosigue en un vestíbulo del hotel donde se efectúa la reunión.
Como sudafricana su preocupación es el sida, sobre todo. «Porque nuestra Constitución es maravillosa, todo mundo tiene los mismos derechos, tenemos una Comisión de Derechos Humanos si alguien tiene alguna queja.»
El próximo año cumplirá su primera década la más reciente Constitución sudafricana que guarda un espíritu fuerte contra todas las formas de discriminación, no sólo racial, sino también por el respeto a las mujeres o las personas homosexuales.
México ha basado algunas de sus propuestas en tal legislación, que se considera la más progresista del mundo, como las llamadas sociedades de convivencia que legitiman los derechos de las parejas homosexuales y otras formas de familia.
«Así que después del Apartheid, cuando nadie tenía ningún derecho excepto algunos blancos privilegiados, hoy, desde el punto de vista de la ley, todos tenemos derechos humanos,» declara orgullosa la autora de la novela El Conservador, que en 1974 obtuvo el prestigio premio Booker del Reino Unido.
Nacida el 20 de noviembre de 1923 en Springs, Sudáfrica –país donde siempre ha vivido-, mira a las más jóvenes: «Es interesante ver la nueva generación de mujeres cómo se defienden ellas mismas.» Algo que obviamente, dijo, le gusta.
Desde que publicó los libros de cuentos La Suave Voz de la Serpiente y Seis Pies de Tierra en 1956, Gordimer fue abriendo cada vez más su reflexión y luego denuncia a la segregación racial sudafricana, como en El Desaparecido Mundo Burgués (1966), Gente de Julio (1981) y la Historia de Mi Hijo (1990).
En 1991 se convirtió en la primera persona sudafricana en recibir el Nobel de Literatura. Este 2003, otro sudafricano blanco, JM Coetzee, se hizo acreedor al mismo premio.
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