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La boca, medio de comunicación, pensamientos y sentimientos

Por Carolina Velásquez

Besar, sonreír, hacer muecas son algunas de las funciones de la boca, inicio del proceso digestivo (comemos, escupimos, masticamos, mordemos). Con ella hablamos, cantamos, silbamos, gritamos, nos expresamos. Es nuestro medio de comunicación más directo de pensamientos y sentimientos.

Los dientes, la lengua y la saliva desempeñan un papel importante en la boca. Los dientes tienen que ver con nuestra energía esencial (espiritual), la lengua y los tejidos blandos representan nuestro aspecto mental, la saliva la energía emocional (Debbie Shapiro, Cuerpo mente. La conexión curativa, 1991)

Para Shapiro los trastornos en esta zona de tu «yo soy» pueden relacionarse con dificultades al probar –y luego digerir— nuestra realidad, una actitud cerrada para digerir algún hecho o situación, una falta de alimentación (nutrición) en la vida.

Y agrega que «puede haber un deseo de expresar pensamientos y sentimientos negativos que creemos no deberíamos expresar, por consiguiente, los retenemos en la boca, o un deseo inconveniente de besar y amar cuando en realidad estamos siendo rechazados».

El estado en que se encuentren la lengua y los dientes, relacionados con la mandíbula, hablarán de nuestro equilibrio entre salud y enfermedad.

Si la lengua está limpia reflejará buena salud, si por el contrario tiene puntos rojos o blancos será una manifestación de enfermedad.

Con los dientes masticamos no sólo los alimentos también la realidad, dependemos de ellos para asimilar y transformar lo que recibimos en algo digerible, dice Shapiro, ya sea amor o violencia, que se integrará mediante el proceso de la digestión a nuestra vida. Una caries puede indicar una incapacidad para separar lo que entra por la boca de lo que realmente deseamos o necesitamos.

Mandíbula y dientes están estrechamente ligados: cerrarla o apretarla tendrá una consecuencia directa en la dentadura. Shapiro nos muestra algunos ejemplos: «Hacemos rechinar los dientes de rabia; echamos la mandíbula hacia atrás para evitar la expresión de esa rabia, y esto puede acumularse hasta el punto de que los músculos de la mandíbula quedan siempre tensos y deformados».

*Periodista mexicana. [email protected]

2005/CV/SJ

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