Como ya te comentamos en anteriores entregas, las manos son el medio que permite a tu «yo soy corporal» expresarse con el mundo: amor con una caricia u odio con un puño cerrado. Representan también la forma como manipulamos la realidad –nuestro poder personal— y cómo somos manipuladas y manipulados por los demás.
El movimiento de las manos hablará de la particular manera de una persona de poner en práctica un deseo o la acción que necesite hacer: capacidad creativa, detenerse, señalar, tocar, cubrir el rostro (pena, vergüenza), empujar.
Según la medicina oriental, mediante los canales o meridianos de energía que corren hasta los dedos y que corresponden a pulmones, corazón, bazo, riñones, hígado, en ellas se reflejará tu estado de salud y emocional.
Para Mantak Chia, maestro tailandés creador del sistema «Tao curativo», una de las funciones superiores de las manos es su poder curativo, de ahí la importancia de conocer y estimular los puntos de acupuntura mejorando el buen funcionamiento de los órganos internos (Sistema Taoísta de Rejuvenecimiento, 2000).
Las palmas son el lugar donde se reúnen las energías principales de la chi o ki (energía vital), expone Chia: «Desde este punto se puede enviar energía para sanar a uno mismo o a otra persona También puede ser el puerto de entrada de energía para la estructura ósea y los órganos fundamentales».
El pericardio (P-8) es el punto más importante de concentración de energía, sostiene este autor, y el intestino grueso (IG-14) es el punto que controla todos los dolores del cuerpo –especialmente en los órganos sensores (ojos, oídos, nariz)– y los dolores de cabeza (cefalalgias.
¿Cómo estimularlos? Chia propone:
1. Frota las manos, una con otra hasta que adquieran temperatura.
2. Haciendo círculos, con el dedo pulgar presiona el punto medio de la palma de la mano (pericardio), para localizarlo junta los dedos y dóblalos (semicerrados) hacia la palma, el pericardio será el punto que queda justo en la yema del dedo medio (central).
3. Para dar masaje al intestino grueso, con el pulgar de la mano derecha aplica presión en la zona en medio del pulgar y el dedo índice al cerrar el puño de la mano izquierda, hazlo con un movimiento circular profundo hasta que toques un punto doloroso, trabaja masajeando esta zona.
Luego de aplicar este masaje revisa cómo estás. Anota la experiencia en tu Diario del Cuerpo.
2005/CV/SJ