Cuando se desempeñó como ministra de Educación, la primera mujer alcaldesa de la ciudad de Milán, Italia, Letizia Moratti, actuó a favor de la privatización de la escuela, borró la palabra «pública» de la denominación oficial ministerial y acordó otorgar primas económicas para los padres que mandaran a sus hijos a escuelas privadas.
«Informática, Inglés, empresa», fue el eslogan que utilizó en campaña como una visión que daba continuidad a su reforma educativa y su voluntad mercantilizar al sector educativo.
Letizia Moratti, 57 años, esposa del hombre de negocios en el rubro petrolero, Gianmarco Moratti, fue jefa de empresa -dirigente del grupo Murdoch y presidenta de la cadena de televisión RAI en los años 90-, luego ministra de educación del gobierno Berlusconi de 2001 hasta 2006.
Redujo el presupuesto del estado, animó las escuelas a buscar financiamiento privado y obligó a las familias a pagar.
Según la APED (asociación belga a favor de una escuela democrática), Letizia Moratti aplicó las leyes neoliberales a la escuela, impulsando la jerarquía y competencia entre los profesores.
«Los jóvenes tienen que aprender ser buenos jefes de empresa con ellos mismos» explicó Berlusconi, cuando presentó la ley Moratti, es decir que los alumnos tienen que entrar en competencia para triunfar profesionalmente.
Además de impulsar la «school business», la ley Moratti quiere una escuela católica y conservadora, planteó reducciones del personal y las materias obligatorias, y programó las clases de religión en forma obligatoria con profesores enviados directamente por la Iglesia.
En cuanto a las clases de historia, decidió borrar todos los periodos que abordan temas considerados «negativos» como el régimen fascista por ejemplo, y favoreció el patriotismo y nacionalismo.
06/CF/LR