El poder político es una de las formas de autoridad más influyentes para cambiar la vida de comunidades enteras, por eso es fundamental que estén representadas las mujeres, su visión de la vida, intereses y necesidades. «No por que seamos mejores, más buenas o más honestas. Por que somos la mitad del mundo y las decisiones que nos afectan exigen que tomemos parte», señala la periodista Cecilia Lavalle Torres.
La anterior, forma parte de las conclusiones a las que llega la periodista y feminista en su primer libro: «La mitad del poder, asignatura pendiente en Quintana Roo. Participación política de las mujeres en cargos de elección popular. Poderes ejecutivo y legislativo», en el que narra el camino por el han transitado las quintanarroenses para llegar a cargos de poder y toma de decisiones en el gobierno.
Lavalle Torres indica cómo, repasando la historia, es evidente que las mujeres han estado presentes abriendo espacios para ser reconocidas como humanas, personas y ciudadanas. Lucha que les ha significado descalificación y desconfianza, por ello considera fundamental rescatar su historia y su lucha.
Considera que en esta lucha global de las mujeres es importante saber cómo han construido su ciudadanía las quintanarroenses, cuál es su historia que explica su presente.
Por ello, con esta investigación, Lavalle Torres estudia parte del camino que han recorrido las mujeres para conquistar la ciudadanía, y exterioriza las causas de la discriminación de las mujeres en el ámbito político y las estrategias que ellas construyen para abrir espacios vedados a su participación equitativa.
En esta publicación, la periodista analiza los resultados de la aplicación de las leyes de cuotas de género normadas en la Constitución Política y en la Ley Electoral de la entidad; informa cuántas y quiénes han sido las mujeres que han contendido o ganado algún cargo de elección popular en los poderes Ejecutivo y Legislativo, desde 1974, año en que Quintana Roo se erigió como entidad federativa, y hasta 2009 cuando se realizaron las más recientes elecciones federales.
En este sentido, la también feminista, afirma en su texto que las mujeres que llegan al poder deben entender que no llegan solas. Sus relaciones políticas, su probable talento, capacidad y trabajo no bastaron para llevarlas a ese lugar.
«Influyeron decisivamente las leyes de cuotas y la lucha de muchísimas mujeres que históricamente han peleado espacios parra que se acceda al poder y para que desde ahí se haga la diferencia con otras mujeres, por lo que necesitamos con urgencia un compromiso de género».
Precisa que de igual manera es urgente sumar a la lucha de las mujeres a hombres justos, respetuosos y solidarios, capaces de emprender una lucha por derribar una serie de privilegios que se les conceden por el sólo hecho de ser hombres y dar así espacio a un nuevo pacto social en el que ejerzamos iguales derechos y podamos relacionarnos sin el «código de opresión-sumisión», sino de igual a igual con respeto.
«Las mujeres quintanarroenses deben saber que el azar no las llevará a ejercer la mitad del poder. Ni el azar, ni las coyunturas, ni la mayor sensibilidad de la élite que toma las decisiones a la hora de elegir candidatas y candidatos».
Los datos duros, los números en esta investigación demuestran que cuando el azar o la coyuntura intervienen, el aumento en la participación política de las mujeres es efímero y en la siguiente elección puede caerse al suelo, enfatiza.
En 35 años desde que Quintana Roo se erigió como estado libre y soberano, no ha tenido una sola gobernadora; de cuatro escaños en la Cámara de Diputados sólo en uno pertenece a una mujer y de veinticinco escaños en el Congreso local sólo cinco son mujeres, lo que, a decir de la autora, no indica que la participación política de las mujeres vaya por un buen camino.
09/GTR/PBC
