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Las cuentas de la pobreza

Por Cecilia Lavalle*

¿Cuál noticia quiere primero: la buena o la mala? La buena es que hemos logrado «notables adelantos» en las metas propuestas para 2015. La mala es que la pobreza contrarresta los adelantos.

El pasado 11 de julio se conmemoró el Día Mundial de la Población. Un día que inevitablemente trae a cuento las cuentas de la pobreza. Y es que desde 1994, en la tercera conferencia mundial sobre población realizada en El Cairo, se vincularon los temas población y desarrollo.

Más aún, se relacionó desarrollo con igualdad de género, familia, derechos reproductivos, salud, mortalidad, migración, educación, entre otros.

Por eso es que en la consecución de lo que se conoce como Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) de las Naciones Unidas pueden caber las buenas y las malas noticias.

De acuerdo con el informe 2007, en América Latina y el Caribe hay «notables éxitos» en cuanto a asegurar que las niñas y los niños egresen de un curso completo de primaria y que se vele por la paridad de género en estudios de secundaria.

También hay reconocimiento por el aumento en la participación política de las mujeres y la reducción de la mortalidad infantil.

Pero antes de empezar los aplausos vienen las malas noticias: «la pertinaz pobreza contrarresta los adelantos en el desarrollo». El problema, precisa el documento, es el lento ritmo de erradicación de la pobreza y la desigualdad en los niveles de ingresos en la región.

Eso, claro, lo sabemos muy bien en nuestro México lindo y querido, donde la mitad de la población vive en la pobreza y, a la par, habita el hombre más rico del mundo y 11 de los 22 multimillonarios de Latinoamérica.

Y es que mientras para algunos la riqueza aumentó descomunalmente en una década, la disminución de las tasas de pobreza en América Latina y el Caribe ha sido «marginal», desde 10 por ciento en 1990 hasta 9 por ciento en 2004.

Supongo que nuestros ricos y prósperos multimillonarios forman parte del 2 por ciento de la población mundial que acapara la mitad de la riqueza global.

En un estudio de la Universidad de la ONU, que por primera vez contabilizó todos los países del mundo y los componentes de la riqueza como tierra, edificios, propiedades tangibles, pasivos y activos financieros, se apunta que la riqueza está concentrada en Norteamérica, Europa y las naciones de altos ingresos de Asia-Pacífico (Jornada, diciembre 6 de 2006).

¿Qué significa eso? Significa, dice Anthony Shorrocks, director de la Universidad de la ONU, que en un grupo de 10 personas, una tiene 99 dólares y 9 comparten un dólar.

De acuerdo con el estudio, la lista del 1 por ciento más rico del planeta está conformada por 37 millones de personas. Entre las que se encuentran, cómo olvidarlo, varios compatriotas.

«Si América Latina disminuyera la mala distribución del ingreso, el crecimiento económico necesario para alcanzar las metas no sería tan elevado», sostiene el informe 2007 de los ODM.

Y yo no sé en el resto de Latinoamérica, pero en nuestro país la desigualdad seguirá su curso.

El pasado 11 de julio, el director del Consejo Nacional de Población (Conapo) presentó los Índices de marginación por localidad 2005.

Nos informó que en México casi la mitad de los 2 mil 454 municipios tienen un grado de marginación alto o muy alto. En esta situación se encuentra 99 por ciento de las localidades indígenas, donde 4 de cada 10 habitantes mayor de 14 años es analfabeta y 4 de 10 viviendas no cuentan con acceso al agua entubada.

La fotografía, dijo Ricardo Aparicio, director general adjunto del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), es la de «una sociedad sumamente heterogénea y extremadamente desigual en las oportunidades de desarrollo que brinda a su población».

¡Y vaya que tiene razón! Apenas la semana pasada el Coneval nos informó que 18.2 por ciento de la población mexicana vive en pobreza extrema. Si, como informó Conapo, ya somos 105 millones, 19 millones no tienen qué comer, literalmente. Y alrededor de 30 millones más no les alcanza lo que ganan para satisfacer sus necesidades básicas.

Julio Boltvinik, investigador del Colegio de México, afirma categórico que con el programa oficial Oportunidades se requerirán 250 años para sacar de la pobreza a los 5 millones de hogares beneficiados.

A ese paso, ¿cuántos siglos se requerirán para sacar de la pobreza a 50 millones?

[email protected]

*Periodista y feminista en Quintana Roo, integrante de la Red Internacional de Periodistas con Visión de Género.

07/CLV/CV

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