Hoy se conmemora el 53 aniversario del derecho otorgado a las mujeres mexicanas para ejercer el voto; pero eso no lo sabe Micaela Hernández Pérez; a quien tampoco le interesa el dato…
¿Eso a mujeres como yo, que son la mayoría, de que nos sirve?, si siempre hemos sido parte de la borregada; dicen los políticos que somos mayoría y no se cuantas linduras; pero del dicho al hecho, es muy grande el trecho…yo toda mi vida he sido del PRI, y de nada me ha servido, pues ni a jefa de seccional he llegado y mucho menos he recibido algún beneficio a cambio de mi voto…, comenta.
Entrevistada en la explanada del Partido Revolucionario Institucional (PRI), donde acudió a acompañar a una vecina que es jefa de seccional en la colonia América de Juárez. A la pregunta, y ¿por quién vota en las elecciones?, responde.
Siempre voto por otros, ya que las mujeres que buscan algún puesto siempre son las menos y la mera verdad que ser mujeres nunca nos ha dado alguna garantía de beneficio; las que andan en este borlote piensan igual que los hombres; por eso cuando hay elecciones yo voto por el que mejor me parece en sus promesas, sin fijarme que sea hombre o sea mujer.
MUJERES EN POLÍTICA CON TODAS LAS DE PERDER
Al hacer un recuento cuantitativo de las tamaulipecas en puestos de manejo político; el panorama no podía ser más desolador: una presidenta municipal; cinco diputadas locales y 121 regidoras.
Para Nayma Karina Balquiarena Pérez, dirigente nacional de las mujeres regidoras jóvenes, admite que este panorama permite hacer un balance donde las mujeres salen perdiendo y pone en evidencia que están muy lejos aún de lograr un trato justo en el ámbito político.
En el caso del PRI, dice, no hay quien discuta que por ejemplo seamos mayoría de base y de organización, que la fuerza de movilización y de ‘talacha’ política recae en las mujeres y que hacemos un ejercicio pleno de nuestros derechos políticos, pero desafortunadamente sólo como votantes.
El 17 de Octubre de 1953 el gobierno mexicano otorgó a las mujeres el derecho a votar y ser electas y el sufragio femenino es el reflejo del desarrollo democrático de México, un logro que fue resultado de casi medio siglo de lucha y que representó la incorporación de casi la mitad de la población a la vida cívica y a nuestros procesos políticos.
Sin embargo, México ocupa el lugar número 47 en la tabla de posiciones de la Unión Interparlamentaria respecto a presencia femenina en parlamentos. Sólo hemos tenido tres gobernadoras y una Jefa de Gobierno sustituta.
En la actualidad, ocupamos solamente 3.5 por ciento de las Presidencias Municipales; 16.8 por ciento de la Cámara de Diputados y 18 por ciento en la de Senadores; 14.4 por ciento en los Congresos locales, el 33.7 por ciento en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal; y únicamente el 11 por ciento de las Secretarías de Estado.
Aunque en estos 53 años, las mujeres hemos cumplido con nuestro deber ciudadano a través de la participación activa en los procesos electorales, falta sin embargo, consolidar el derecho a ser electas a puestos de representación popular y con ello, el ejercicio pleno de nuestra ciudadanía, abundó.
Existe, dijo, una clara resistencia de orden cultural que dificulta el acceso femenino a la toma de decisiones, pero además tenemos que aceptar que somos las mismas mujeres quienes se resisten a avanzar más, porque por muchos años se nos hizo creer que las mujeres fueron hechas nada más para el quehacer del hogar.
MÁS SALDOS QUE VICTORIAS
Para la socióloga Luisa Álvarez Cervantes no han sido suficientes 53 años para que en política las mujeres alcancen el libre ejercicio de sus derechos políticos:
Los hombres siguen supeditando a las mujeres en el manejo de la política en general, eso es de hecho, aunque de derecho seamos iguales; estamos a años luz de lograrlo y más en la política.
En estos años, ha habido grandes cambios, tenemos un nuevo movimiento de mujeres que se encuentra mas allá de la política… que se inició en principio por la lucha del derecho al voto pero que avanzó hacia otro tipo de reivindicaciones, como el del derecho a su cuerpo, el derecho a otras preferencias sexuales, el derecho a que se les reconozca como seres humanos, el derecho a lo femenino en toda la extensión de la palabra.
Pero también hay saldos negativos, las mujeres que se han quedado en la lucha por el poder político y han entrado a un juego de altos costos para conseguir el poder.
Pero, el hecho de que las mujeres caminen por un nuevo movimiento social, que se expresa en el mundo y que al igual que otros movimientos, como el indígena, que buscan un reconocimiento que esta mas allá del mero ejercicio del poder, creo que eso es lo que le debemos a las mujeres que nos antecedieron, nos abrieron el camino.
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