Vilma Oxlaj, de la Defensoría Indígena de la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH), destacó que los derechos de las mujeres han empezado a ser públicos, en un país donde el silencio, las leyes excluyentes y la impunidad impiden el libre ejercicio y disfrute de estos preceptos.
Oxlaj recordó que la historia de Guatemala está marcada por la agresión y la discriminación contra las mujeres, situación que se hizo más evidente a partir del 2001, cuando la brutalidad de los asesinatos de mujeres alcanzó dimensiones impactantes y cifras alarmantes que se han incrementado cada año.
La defensora dijo a Cerigua que la crisis contribuyó a despertar cierto nivel de conciencia en los medios de comunicación y autoridades gubernamentales, quienes se han visto forzadas a poner atención a los sucesos violentos contra este sector de la población.
Los derechos de las mujeres han sido violados históricamente, los datos y las noticias indican que la pobreza, la falta de oportunidades de educación, la inaccesibilidad a puestos políticos, la desigualdad laboral y salarial, la imposibilidad de planificación familiar y la violencia contra la población femenina son las constantes que ahora se mencionan.
La funcionaria recordó que las organizaciones de mujeres reclaman que las mujeres sean vistas como personas normales, no como parte de todo un sistema de opresión y exclusión que las mantiene vulnerables, excluidas y desvalorizadas.
Es necesaria la vigencia de los derechos humanos específicos de las mujeres y que se reconozca que ante la constante violación de estos preceptos, las autoridades estatales deben incluir las demandas de ellas en la agenda social, para lo que es básico la existencia de la correspondiente voluntad política, concluyó Oxlaj.
06/LR/CV
