Entre las primeras medidas que el gobierno federal adoptó para controlar la epidemia de A (H1N1) destaca el cierre de los centros escolares de niveles básico y superior hasta las guarderías, decisión que evidenció la necesidad imprescindible de que las mujeres trabajadoras cuenten con espacios seguros para el cuidado de sus hijas e hijos.
Y esta fue una de las grandes preocupaciones de María Elena Rodríguez , que a la par del reconocimiento del trabajo femenino remunerado, se crearan condiciones para que ellas se desempeñaran de manera profesional en condiciones laborales cercanas a la de los varones.
Y una de estas condiciones es la de contar con guarderías, donde sus hijas e hijos recibieran atención y cuidados mientras las mujeres se desempeñan en otros espacios, además del doméstico.
María Elena Rodríguez no estuvo sola en la lucha por este derecho a su lado se encontró la Unión de Nacional de Mujeres Mexicanas (UNMM).
María Elena nace en la ciudad de México, pero su trabajo la llevó a otros lugares como Tlaxcala, Guanajuato y Chihuahua., donde ha sido una activa defensora de los derechos de las mujeres y la niñez mexicana.
Estudiante de trabajo social, ella participó en el movimiento estudiantil del 68, donde apoyó a los familiares de las y los presos políticos. Para entonces ya formaba parte de la Unión de Nacional de Mujeres Mexicanas (UNMM), donde su trabajo se enfocó a la Comisión de Infancia.
Por su liderazgo y sus convicciones políticas en el Partido Comunista Mexicano tuvo que migrar a Chihuahua, donde coordina un internado para niñas y jóvenes tarahumaras.
María Elena Rodríguez apoyó el trabajo de las mujeres afiliadas a la Asociación Nacional de Actores (ANDA), donde emprendió uno de sus más ambiciosos proyectos: que las trabajadoras de la organización contaran con una guardería de 24 horas, objetivo que se concretó tras una intensa negociación con el sindicato.
Como parte de la UNMM, María Elena trabaja al lado de Griselda Álvarez, ex gobernadora de Colima quien entonces (1964) formaba parte del Consejo Nacional de Trabajo Social, para apoyar las labores de la entonces primera dama Eva Sámano de López Mateos.
Bajo la dirección de la extinta Griselda Álvarez, se lanza la iniciativa de la Ley de Guarderías, donde el trabajo de María Elena y el de las compañeras de la UNMM fue decisivo, porque las empresas se ampararon para evitar su aplicación y debieron buscar la vía legal para garantizar su creación.
Lo consiguieron, y ese derecho quedó consignado en el Artículo 115 en la Ley Federal del Trabajo, pero fue eliminado durante el gobierno siguiente, el de Gustavo Díaz Ordaz, por lo que María Elena como las integrantes de la UNMM debieron librar otra batalla.
Su triunfo cristalizó con la Ley del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), ya durante el periodo de Luis Echeverría, y más tarde con su integración a la Ley del Instituto Nacional de los Trabajadores al Servicio del Estado (ISSSTE).
María Elena no ha cejado en la lucha, su trabajo por mejorar las condiciones para la infancia mexicana. Por lo pronto, ellas nos a las mujeres trabajadores el derecho de contar con guarderías, una prestación en beneficio que hoy tenemos las mexicanas.
* Fotógrafa y feminista mexicana, coordinadora del área de Redes de Comunicación e Información de la Mujer, AC (CIMAC)
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