Mayoría de las jóvenes migrantes carece de servicio médico

En Estados Unidos, 6 de cada 10 jóvenes mexicanas carece de cobertura médica, ya que la mayoría no tiene documentos de estancia legal para acceder a un seguro público, y sus ingresos no les permiten costear un seguro privado, señala el Consejo Nacional de Población (Conapo).
 
En el informe “Migración y Salud. Jóvenes mexicanos inmigrantes en Estados Unidos”, el Conapo refiere que 54.6 por ciento de las y los migrantes mexicanos en ese país no posee ningún tipo de seguro médico (cerca de 6.5 millones de personas).
 
La situación empeora para las y los jóvenes migrantes, ya que 47.5 por ciento del grupo de 12 a 17 años se encuentra desprotegido de este servicio, cifra que se eleva a 64.9 por ciento en el grupo de 18 a 23 años, y alcanza 71.1 por ciento en el de 24 a 29 años.
 
Así, en el vecino país del norte más de 2 millones de jóvenes de 12 a 29 años de edad carece de cobertura médica, esta situación afecta a 6 de cada 10 migrantes mexicanas y a 7 de cada 10 hombres.
 
La diferencia en el acceso a instituciones de salud entre mujeres y hombres se debe a que las jóvenes obtienen cobertura médica luego de tener hijas e hijos.
 
La falta de acceso a la seguridad en salud se debe a la alta tasa de personas sin documentos de estancia legal en EU, circunstancia que “condiciona negativamente” su inserción social y económica.
 
Y es que para contar con un seguro médico, las y los jóvenes deben cumplir con requisitos estipulados por el gobierno federal, como la naturalización o residencia legal de al menos cinco años.
 
Mientras 31 por ciento de las y los migrantes procedentes de otras regiones del mundo está naturalizado, únicamente 11.2 por ciento de las personas mexicanas accedió a este procedimiento.
 
Como resultado de esta restricción, apenas 14.2 por ciento de las y los jóvenes migrantes mexicanos se encuentran tiene cobertura médica pública. Este dato echa abajo el mito de que las personas migrantes utilizan los recursos públicos estadounidenses de manera “desproporcionada”, indica el estudio.
 
La situación se agrava entre las y los jóvenes que viven en familias de bajos ingresos, ya que sólo 23 por ciento de ellos cuenta con un seguro público, cifra cercana a la de los centroamericanos (21.1 por ciento), pero muy lejos de la proporción de los migrantes nacidos en otros países que disponen de esta protección (42.3 por ciento).
 
Los datos indican que 51.5 por ciento de las y los jóvenes mexicanos vive en familias de bajos ingresos en ese país.
 
Por otro lado, si las y los jóvenes desean conseguir un seguro médico privado deben contar con un empleo estable y bien remunerado.
 
Sin embargo, el 67 por ciento de la juventud mexicana se ocupa en trabajos de baja calificación, mal remunerados, inestables y que no ofrecen ningún tipo de prestaciones laborales.
 
Ante las restricciones para acceder a un seguro público en muchos estados, las clínicas de salud comunitarias juegan un papel importante atendiendo las necesidades de salud de esta población.
 
Estas unidades ofrecen servicios de atención a la salud a cualquier persona, sin importar su situación socioeconómica, estatus de cobertura y situación migratoria.
 
Las personas migrantes acuden a estas clínicas porque el servicio no es costoso, el personal habla varios idiomas, entre ellos el español, y porque no les solicitan datos sobre su estatus migratorio.
 
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