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Moralidad y falta de recursos cobran vida de mujeres

Por Miriam Ruiz

A una década de la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo (CIPD) se contuvo la «explosión demográfica» y se revolucionó la visión del mundo en el que los gobiernos tienen que admitir que las mujeres son las que deciden sobre sus cuerpos, como un derecho humano inalienable.

Sin embargo, aunque esa batalla no fue, ni es fácil todavía las inacciones de los Estados por cuestiones morales o económicas cuestan vidas de mujeres cada minuto.

Las principales promotoras de la CIPD reunidas en Londres la semana pasada prevé «días soleados y lluviosos» para la siguiente década en la lucha por los derechos sexuales y reproductivos, que hoy como hace una década tienen como amenaza todos los fundamentalismos religiosos y económicos.

En los pasillos y salones del Centro de Convenciones Reina Isabel II se escucharon voces, gritos, cuchicheos y aplausos. Entran mujeres rubias, morenas, oscuras como la noche, altas, ancianas, niñas. En traje sastre o con turbante.

También hay hombres. Son 700 especialistas en los temas de la agenda de El Cairo, la mayoría de la sociedad civil quienes llegaron de diversos países para participar en la Mesa Global Cuenta Regresiva 2015 que se llevó a cabo en la capital inglesa la semana pasada.

Hace una década nacían 93 millones de personas cada año. Actualmente la población aumenta en 77 millones anualmente, lo que significa que cada segundo nacen dos personas.

Sin embargo, cada hora muere una mujer en el mundo por causa de embarazo o parto. Un alto porcentaje vive en el mundo en desarrollo. Año con año, mueren 70 mil mujeres por abortos clandestinos o inseguros, casi todas ellas, en la pobreza.

El VIH aunque ya era causa de alarma en 1994 todavía no era la causa de naciones devastadas como hoy que cada día, se contagian con virus 10 personas.

Antes, nadie se preocupaba por el 11 de septiembre, fecha que hoy se recuerda entre otros factores, por haber quitado recursos para el desarrollo en Estados Unidos para invertirlos en seguridad.

«Hace 10 años, los gobiernos se comprometieron a varias acciones y no han hecho nada. Una de las cosas tiene que ver con adolescentes» dijo a Cimacnoticias una de las lideresas de hace una década, Jill Sheffield, presidenta de una de las organizaciones anfitrionas Family Care International a cargo del secretariado de la Iniciativa Mundial por una Maternidad sin Riesgos.

«Acordaron en El Cairo que las y los adolescentes tienen derecho a servicios información para proteger sus vidas.», pero «hay cosas que ni siquiera han comenzado» y que hoy cobran mayor relevancia cuando la mitad de población mundial tiene menos de 25 años.

Mujeres y hombres jóvenes morirán alrededor del mundo, incluso de México dice, si no se profundiza en el trabajo de prevención para llevar a cabo el «sexo con protección» y contar con información para poder «negociar el uso de condones», agrega la estadounidense de cabello cano.

«Los gobiernos no deben dejar que las mujeres mueran. Cuando una madre muere los menores quedan en riesgo. Prevenir es barato solamente hay que asignar un valor a las vidas de las mujeres. Un parto y embarazo normal cuesta a un gobierno dos o tres dólares. Pero un parto complicado tiene un costo de 320 dólares.»

EL CAIRO, 1994

En 1994, 11 mil delegados y delegadas de 179 estados miembro de la ONU se reunieron en Cairo durante la CIPD y lograron el consenso para acabar los problemas como la pobreza creciente, el estatus de segunda clase de las mujeres y el rápido crecimiento poblacional. También acordaron invertir 17.5 mil millones de pesos en educación, planificación familiar y salud reproductiva.

«Me sentí tan entusiasmada sobre la posibilidad de lograr cambios» recuerda Jill Sheffield sobre aquella reunión donde, dice hubo batallas duras y las discusiones de entre 14 y 21 horas diarias durante 15 días. «Una de las mejores delegaciones fue la mexicana. Era rápida, bien preparada e inteligente.»

A mediados de septiembre, en la cálida capital egipcia donde la CIPD tuvo lugar «las ONG eran bastante exóticas y se dudaba de su capacidad» rememora María Consuelo Mejía, ex directora de Católicas por el Derecho a Decidir en México, actual oficial de programas de la Federación Internacional de Planificación de la Familia (IPPF) en Nueva York.

Pero el tiempo y el trabajo demuestran que son estas organizaciones de mujeres quienes defienden y posibilitan el trabajo.

«Se logró que las mujeres cambiaran el paradigma de metas poblacionales al concepto de derechos humanos» dice Carmen Barroso, actual directora de la IPPF en el hemisferio occidental otrora, encargada desde la Fundación Mac Arthur de posibilitar la llegada de las mujeres a El Cairo.

«Entonces me sentía muy preocupada porque las tendencias eran el uso del cuerpo de la mujer por motivos que le eran ajenos. Había división de los grupos que manejaba con la perspectiva de derechos. Ahora estoy contenta porque esta visión está ampliamente aceptada pero todavía considero importante que se traduzca en acciones para las mujeres pobres.»

UNA REVOLUCION DE VALORES MARÍA CONSUELO MEJIA

Los gobiernos tenían el temor de que implementar la agenda de El Cairo fuera muy costoso, pero las ONG dijeron que era un asunto de capacitación y educación. «Una revolución de valores,» de acuerdo con la colombiana María Consuelo Mejía.

La revolución «tiene que entrar no sólo por el cerebro sino por los brazos, las manos , todo el cuerpo, asegura Frances Kissling para quien la conferencia de El Cairo significó «el cambio de paradigma de control de la población, al otorgar el control a las mujeres, empoderarlas y garantizar su salud reproductiva.»

Es revolucionario lograr «el cambio de mentalidad de burócratas y políticos que entendieron que las metas demográficas no daban resultados.

Hoy, Kissling, enemiga de las derechas religiosas aunque es católica, se siente energizada. Detesta, sin embargo, la postura de la jerarquía católica y de la administración Bush. «La iglesia quiere regresar a las mujeres a la cocina» asevera.

En el 2002, las Naciones Unidas signaron las Metas del Milenio hacia el 2015 es decir, erradicar el hambre y la extrema pobreza, lograr la educación primaria universal, proveer la equidad de género y el empoderamiento de las mujeres, reducir la mortalidad infantil, mejorar la salud materna, combatir el VIH, la malaria y otras enfermedades, asegurar la sostenibilidad ambiental y crear alianzas globales para el desarrollo.

«Se crece en la batalla» «pero en esta conferencia aumentamos nuestras armas, herramientas, municiones para darla» dijo en entrevista Esther Vicente, integrante de la junta directiva de la organización Pro familia de Puerto Rico.

UN HORIZONTE CAMBIANTE

Carmen Barroso avizora un futuro que no es ni totalmente «soleado ni nublado, sino «mixto». «Es muy importante controlar la influencia de grupos radicales que quieren subyugar a las mujeres.»

Para Frances Kissling el clima parece «nublado pero con rayos de sol»: las mujeres que han sabido acercarse a los movimientos de derechos humanos. Sin embargo, esta predicción del clima en los próximos años no podrá hacerse hasta noviembre, cuando se sepan los resultados en la pretendida reelección de Bush, principal enemigo de la agenda de El Cairo, finalizó.

2004/MR/LR

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