La nicaragüense Ileana Morales Valle sufrió un accidente en horas de trabajo en la casa donde laboraba en Costa Rica, pero por estar en condición migratoria irregular no reclamó su indemnización, y durante un año estuvo inhabilitada.
Ileana narra que el suceso la obligó a informarse. Fue así que llegó a conocer la organización sindical Asociación de Trabajadoras Domésticas de Costa Rica (Astradom), que actualmente aglutina a unas 2 mil mujeres tanto costarricenses como extranjeras.
En febrero de 1993 Ileana Morales dejó a sus tres hijos en su natal Granada, al sur de Managua, al cuidado de su madre ante la separación de su esposo y la falta de empleo. Aunque aquí era secretaria de oficina, en Costa Rica sólo pudo trabajar de empleada del hogar.
Llegó a Costa Rica sólo con el pasaporte, estuvo por cinco años en condición irregular, pero una amnistía decretada por el gobierno de ese país le permitió adquirir una tarjeta de residencia temporal que luego con el tiempo fue renovada, hasta gozar hoy con su cédula de residencia permanente.
En Costa Rica te das cuenta de las violaciones a los derechos laborales a que se exponen las trabajadoras del hogar por carecer de documentos migratorios, esto las hace vulnerables a excesos de horas de trabajo, bajos salarios y sin seguro social, dice Ileana Morales.
A raíz de su experiencia se propuso fundar una sede de Astradom en Nicaragua, para capacitar y orientar a las mujeres antes de que viajen a Costa Rica para que se informen sobre sus derechos.
«Hoy puedo andar tranquila y siento que mis metas profesionales y personales las he logrado», comenta Ileana al informar que desde agosto pasado adquirió la representación jurídica de la organización aquí en Nicaragua, de la cual es la vicepresidenta.
Astradom en Nicaragua tiene su sede en la ciudad de Granada y desde ahí ha capacitado a 12 mujeres en derechos laborales de actividades del hogar, y tiene como meta incidir para que el parlamento nicaragüense ratifique el Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo sobre el reconocimiento del trabajo del hogar.
Ileana explica que la migración es muy dolorosa, la separación de la familia es lo más difícil, cada mujer que emigra debe poner en una balanza lo bueno y lo malo de la migración, y hacer su propia valoración, pero lo más importante es que si sales de tu país debes informarte sobre tus derechos para que nadie los violente.
Hace 20 años cuando Ileana salió de Nicaragua llevaba dos grandes metas personales: la primera tener su casa propia (que ya logró) para sus tres hijos, dos niños y una niña, y la segunda formar a sus hijos profesionalmente, misma que también ya consiguió pues sus hijos están a punto de graduarse de la universidad.
Ileana apunta que su nueva meta personal es continuar ayudando a sus hijos ahora en su propio país y también apoyar a las mujeres nicaragüenses que piensan viajar a trabajos del hogar en Costa Rica, para que se informen sobre sus derechos, sus documentos y dónde acudir para adquirirlos.
Costa Rica es el principal destino de las nicaragüenses, la mayoría trabaja en labores del hogar. Se estima que hay más de medio millón de nicaragüenses en diferentes condiciones migratorias y laborales.
Según un estudio de 2011 del Corredor de Remesas de Costa Rica- Nicaragua, el 48 por ciento de los inmigrantes nicaragüenses se emplea en trabajos del hogar.
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