Las mujeres de las Casas Populares, grupo integrante de la Marcha Mundial de las Mujeres en Turquía, denunciaron los actos de discriminación y misoginia que lleva a cabo el gobierno turco contra la población femenina.
En un comunicado dirigido a la comunidad internacional reportan cómo el gobierno turco, encabezado por el primer ministro Recep Tayyip Erdogan, del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), mantiene declaraciones «conservadoras, reaccionarias y sexistas».
Durante su mandato, Erdogan ha dicho que no cree en la igualdad de género y que «el matrimonio y la maternidad son la única alternativa para las mujeres».
Ignora además los derechos políticos de las mujeres, pues ha sostenido que «quien quiera cuotas electorales para las mujeres que se vaya a Ruanda.
Las mujeres de las Casas Populares acusaron además que en Turquía la violencia de género aumenta día a día, ya que al menos cinco mujeres son asesinadas diariamente. Asimismo durante los nueve años que lleva en el poder el AKP ha aumentado la violencia contra las mujeres en un mil 400 por ciento, según la agrupación turca.
El acto más reciente de agresión hacia las mujeres fue contra la activista Dilshad Aktas, integrante del Comité Ejecutivo Central de las Casas Populares, quien fue hospitalizada luego de que la policía le rompió el fémur, durante las manifestaciones de junio pasado en varias ciudades turcas en rechazo a la construcción de centrales hidroeléctricas que –aseguran las y los inconformes– atenta contra el medio ambiente.
En el comunicado, las mujeres dan cuenta de algunas respuestas que ha dado el mandatario turco sobre el caso de la activista: «La he visto por televisión en las manifestaciones y no sé si es una mujer o una niña…. El primer ministro turco refrendó así su posición despectiva hacia las mujeres, a quienes considera ciudadanas y personas de segunda categoría.
Durante el ataque a Aktas, varias mujeres sufrieron abusos físicos y verbales por parte de la policía. Las autoridades no han investigado los hechos.
Casas Populares pidió a las mujeres del mundo se manifiesten contra las políticas discriminatorias del AKP y del primer ministro turco, Tayyip Erdogan, «quien pretende mantener un sistema capitalista basado en el saqueo y la explotación, convirtiendo a las turcas en esclavas sometidas de su gobierno».
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