Escribo hoy sobre el tema, puesto que deseo decir lo que pienso respecto a él y si es posible incidir sobre el mismo.
Muchos son los partidos que se presentan, pero pocos son los que tiene posibilidades de gobernar. Y que conste que he dicho pocos, no sólo dos. No creo que el bipartidismo sea bueno para ningún sistema político. Pero hoy me voy a mojar y voy a tomar partido.
Y lo voy a hacer a la inversa. Y voy a opinar directamente sobre aquellos a quienes creo que no se ha de votar, aún a pesar de correr el riesgo de que haya mucha gente a quienes no les guste mi opinión.
Voy a pedir abiertamente que no se vote al Partido Popular. Y lo hago porque creo que son los más hipócritas de todo el arco parlamentario. Porque son misóginos recubiertos de defensores de una igualdad que no practican. Y para muestra el recurso que presentaron ante el Tribunal Constitucional y que, afortunadamente para toda la sociedad, no se admitió a trámite por parte del alto Tribunal por una amplísima mayoría.
Pero además porque no creen en las libertades personales más allá de las que ellos quieren imponer. Y cuando necesitan refuerzos llaman a los señores de faldas largas y negras para que les echen una manita desde la Conferencia Episcopal.
Porque son sectarios y mentirosos, que no aceptan que la sociedad española es madura y no necesita tutelajes de ningún tipo. Porque no saben ejercer las tareas propias de gobernar sin mentir a la sociedad. Y de eso, en la Comunidad Valenciana sabemos mucho, puesto que dicha era, la de la manipulación y la distorsión la inauguró Zaplana, el flamante portavoz del grupo parlamentario Popular y que nos ha mostrado sus «mejores galas» ejerciendo lo que mejor sabe hacer a lo largo de estos cuatro años: manipular la realidad y meter en líos a los suyos y si no que se lo pregunten a Camps, presidente del PP en Valencia que no ha querido presentarlo en las listas de esta provincia y se ha tenido que presentar por Madrid.
Porque no creen en la igualdad real entre mujeres y hombres y lo practican. La realidad en la que creen es la meramente formal aunque nos digan que tienen a mujeres al frente de algunos gobiernos, pero esas mujeres sólo ejercen el poder de una forma clarísimamente machista defendiendo valores que en ningún caso benefician a las mujeres y que además cuando lo hacen se jactan de ser los que más hacen cuando en realidad lo practican de una forma paternalista y casi caritativa, puesto que no creen en la intervención social como estrategia para cambiar la sociedad.
Porque siempre, allá donde gobiernan, lo hacen con criterios clarísimamente partidistas sin tener en cuenta que los intereses de la ciudadanía que siempre deben ser lo primero.
Porque crean alarma social sobre la baja natalidad que tenemos en el Estado Español y además culpabilizan a las mujeres de este hecho pero no hacen absolutamente nada para legislar, cuando han podido hacerlo, para que exista una verdadera conciliación entre la vida laboral, familiar y personal de las personas trabajadoras y cuando lo hicieron lo hicieron mal y descargando, de nuevo, sobre las mujeres trabajadoras, las tareas de cuidado de las personas mayores, menores y dependientes. Además legislaron sobre este tema como consecuencia de un fuerte tirón de orejas de a Unión Europea.
Porque su esquema de familia es monolítico y único sin tener en cuenta la diversidad social en la que vivimos y sin respetar el derecho de todas las personas a tener los mismos derechos civiles.
Por todos estos motivos y algunos más que no cabrían en mil página como ésta, pido claramente que las mujeres NO VOTEMOS AL PARTIDO POPULAR el próximo día 9 de marzo en las elecciones generales. Yo así lo haré.
* Periodista y feminista en Ontinyent, Valencia, España.
[email protected]
08/TM/GG
