Cada año, la muerte materna cobra la vida de 70 mujeres en promedio en Oaxaca desde que inició el siglo XXI, resultado de la pobreza-mala nutrición, el analfabetismo o escasa educación escolar, las desigualdades de género y la falta de atención oportuna y digna.
Con estas cifras, que son la realidad cotidiana, afirma Martín Vásquez Villanueva, secretario de Salud de la entidad, «hay un abismo» para conseguir» los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM).
«Hacen imposible alcanzar los objetivos» plantados, aunque fueron pensados para entidades como Oaxaca», sostiene Vásquez Villanueva en entrevista con Cimacnoticias.
Con estos datos, Oaxaca estaría a la mitad de los ODM, que fueron establecidos por países miembros a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) al inicio de este siglo y tienen el compromiso de reducir la pobreza, el analfabetismo, el hambre, la falta de educación, la desigualdad entre los géneros, la mortalidad infantil y materna, la enfermedad y la degradación del medio ambiente.
Explica Vásquez Villanueva que aunque en los últimos años ha habido un incremento en el presupuesto en materia de salud para Oaxaca, «existe una diferencia importante con el otorgamiento real de los recursos programados», pues la cantidad real que se radica es casi menor al 50 por ciento de lo que se autoriza, como sucedió en 2005 y se repitió en 2006.
Aunado a ello, los recursos se radican de manera extemporánea y están presupuestados desde la visión del centralismo, es decir, «etiquetados para asuntos determinados», no siempre las necesidades de la entidad, como resultado de una descentralización que no concluye, luego de 20 años de iniciada.
¿Cómo resolvemos problemas como la muerte materna, cómo alcanzamos los ODM?, se pregunta. Y reconoce que aún cuando en 2006 se habría reducido la cifra de mujeres muertas por causas relacionadas a la maternidad, la cifra de fallecimientos es de 467, en lo que va de la década.
El titular de los Servicios de Salud de Oaxaca agrega que otros factores que mantienen a Oaxaca «en esos primeros lugares» por las afectaciones a la salud de sus habitantes destacan los de carácter geográfico, étnicos, culturales, sociales y políticos, que persisten en una entidad tan diversa y plural.
Estos factores son entonces determinantes, pero empeoran con la falta de presupuestos reales, acordes a las necesidades lo que ha derivado en rezagos de la infraestructura, equipamiento, recursos humanos insuficientes con un claro efecto en la salud y la vida de la gente, en especial las mujeres, las niñas y los niños.
Vásquez Villanueva reitera que, dadas las desigualdades que persisten en Oaxaca, los ODM fueron hechos para Oaxaca, entidad que concentra a la mayoría de los municipios pobres del país: «48 de los cien municipios que seleccionados para el programa Caravanas por la Salud se concentren aquí, en este estado».
De lo anterior, sostiene, se desprende por qué sólo un 22.5 por ciento de la población sea derechohabiente a un servicio médico, cifra menor que el promedio nacional estimado en 46.9 por ciento.
Los datos, añade, arrojan que problemas como el cáncer cérvico-uterino hayan mantenido a Oaxaca, en los últimos 10 años, entre las seis primeras entidades con mayor mortalidad de mujeres.
Y compara: la tasa de mortalidad por cáncer cervical está por arriba del promedio nacional, es la neoplasia que más mujeres mata cada año. La estadística ha oscilado entre 24.6 a 30.44 por cada cien mil, y lo más lamentable es que afecta, la mayor parte de las veces, a mujeres en plena edad productiva, por razones de pobreza, costumbres o que no reciben atención preventiva.
En el caso de la muerte materna, como la perinatal, «son indicadores que miden el impacto de las acciones que los servicios de salud ofrecen a la población», dice muy serio el funcionario al reconocer que además este es un problema grave de salud pública que «deja cientos, quizá miles de víctimas indirectas».
El responsable de la salud de la población oaxaqueña insiste en su pregunta ¿qué hacemos para resolver el problema? Y reconoce que el rezago presupuestal, como el centralismo en la toma de decisiones, son entre otros factores determinantes en los rezagos que vive la entidad.
«Faltan hospitales en muchas regiones o en algunos de los 570 municipios, las plantillas de personal están incompletas, los vehículos de salud son modelos atrasados, muchas veces el personal médico resuelve las urgencias con equipo médico obsoleto y hay un gasto de operación insuficiente».
En Oaxaca, dice, se destinan mil pesos por cada habitante para salud, mientras la media nacional es de dos mil y los estándares internacionales indican que deberían ser cinco mil pesos para entidades pobres.
Este año se ha determinado un presupuesto de mil 700 millones de pesos, todos etiquetados, «tienen nombre, apellido y tiempos de ejecución», pero lo más lamentable es que la mayoría de ese dinero es para gasto corriente o pago de nómina, así el rezago persiste.
Por ello, puntualiza, será difícil alcanzar los ODM en Oaxaca: «en tanto los presupuestos mantengan ese abismo con la realidad, serán sólo buenos deseos».
Algunos aspectos para solucionar el problema son, explica el funcionario: «concluir la descentralización, reajustar los recursos, para eficientarlos y cubrir ?al menos- las necesidades más apremiantes».
07SJE/GG
