Médicos Sin Fronteras (MSF) atiende cada mes en Guatemala un promedio de 80 violaciones contra mujeres de todas las edades; el 70 por ciento de los crímenes es cometido por los propios familiares, amigos o personas allegadas a las familias, el resto por grupos del crimen organizado y por integrantes de las pandillas.
La revista D, de Prensa Libre, publica que las primeras 72 horas luego de una violación, son determinantes para las sobrevivientes, ya que el personal médico puede prevenir infecciones como el VIH y la hepatitis B, así como los embarazos.
Guatemala no se encuentra en estado de conflicto, sin embargo el número de casos de violencia sexual y violaciones es tan alto, como el que usualmente se registra en situaciones de guerra alrededor el mundo; debido a esa emergencia médica, la institución desarrolla desde el 2007 un programa enfocado en la temática.
Entre enero de 2007 y junio de 2010, Médicos Sin Fronteras ha conocido 2 mil 39 casos de violación; algunos médicos se niegan a atender a ese tipo de pacientes, debido a las implicaciones legales y al tiempo que ocupa ese tipo de consultas, destaca la información.
Pese a la existencia del Protocolo de Atención a Víctimas sobrevivientes de la Violencia Sexual, del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS), la mayoría de profesionales de las ciencias médicas lo desconocen, así como su aplicación.
En sociedades tan machistas, como la guatemalteca, donde la virginidad tiene un elevado valor, se produce mayor culpabilización a las víctimas, quienes piensan que ya no valen lo mismo y que sus parejas les hacen un favor al permanecer con ellas, concluye el reporte de la Revista D.
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