El gobierno costarricense ofrecerá asilo a la nigeriana Amina Lawal, condenada a muerte por lapidación, castigo que la ley islámica sharia impone a las personas que halla culpables de adulterio.
La vida de esta mujer de 30 años de edad está asegurada hasta enero de 2004, gracias a que en junio pasado el tribunal aplazó la ejecución para permitirle cuidar a su hija, nacida fuera del matrimonio, en sus primeros dos años de vida.
Esta mañana a las 10 horas, las y los funcionarios del sector público en Costa Rica se pusieron de pie durante tres minutos como acto de protesta contra esa condena, acción autorizada por el concejo de gobierno.
El próximo martes, el concejo de gobierno presentará la propuesta formal de asilo.
La ministra costarricense de la Condición de la Mujer, Esmeralda Britón, señaló que el concejo ha postergado la creación de una delegación internacional de ministros, diputados, magistrados y representantes de organizaciones pro derechos humanos para extraer de Nigeria a Lawal.
CONDENADAS A LAPIDACIÓN
Por la vida de Amina Lawal también han apelado el presidente de México Vicente Fox y su esposa Marta Sahagún, ocho concursantes de Miss Mundo y más de 30 mil personas por medio de Amnistía Internacional. Pero ella no es la única condenada a morir por lapidación.
En el último lustro han llegado a la atención internacional una docena de casos de mujeres con la misma pena por tener sexo fuera del matrimonio en seis países gobernados por leyes musulmanas.
El caso de Lawal es el segundo de esta naturaleza que, desde 1999, se registra luego de que concluyeron 16 años de dictadura militar y 12 estados del norte de ese país (región predominantemente musulmana) adoptaran el código islámico como base de su sistema jurídico.
Apenas el 25 de julio de este año y tras varios meses de incertidumbre, la Corte de la Sharia en Nigeria decidió anular la pena de muerte contra Safiya Huseini, una campesina de 35 años de edad acusada de adulterio.
La corte suspendió la sentencia luego de las presiones de organizaciones como Amnistía Internacional, que pedían la anulación de la condena a esta mujer, quien tuvo una hija fuera del matrimonio como producto de una violación perpetrada por uno de sus primos.
En febrero de 2002, en el africano Sudán, el apoyo internacional también logró que la sentencia a muerte por lapidación de la joven sudanesa Abok Alfa Akok fuera conmutada por una penalización más leve, informó la organización Mujeres Viviendo Bajo Leyes Musulmanas (WLUML).
En el 2001, también en Nigeria, Bariya Ibrahim Magazu, de 18 años de edad, recibió 100 latigazos por estar embarazada fuera del matrimonio.
En el reino de Fujairha, el más conservador de los Emiratos Arabes Unidos, una migrante de Indonesia que laboraba como empleada doméstica espera desde febrero de 2000 una apelación en uno de los pocos casos de sentencia a lapidación en todos los emiratos.
Ese mismo año, dos mujeres afganas bajo el régimen talibán fueron muertas a pedradas en estadios abiertos y repletos de gente, en un lapso de seis meses.
En Irán se difunden poco los casos de lapidación por adulterio y prostitución –se registraron cuatro mujeres y tres hombres muertos por esa condena—; en Pakistán, la Suprema Corte prohibió el 28 de agosto pasado que las mujeres adúlteras reciban la pena capital. (Con información de Miriam Ruiz)
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