Los cinco candidatos a la presidencia de la República hablan de las mujeres en sus discursos y plataformas, aunque en los hechos, la mayoría de ellos no se ha destacado por trabajar en favor de la población femenina.
Para conquistar el voto de las mujeres, el 52% del electorado mexicano, para los comicios presidenciales del 2 de julio, los cinco partidos y coaliciones contendientes han incluido en sus plataformas el tema de la perspectiva de género, pero solo uno de ellos, el Partido Alternativa Socialdemócrata y Campesina (PAS) plantea mecanismos precisos para incorporarla en las políticas públicas.
María Consuelo Mejía, directora de la organización Católicas por el Derecho a Decidir (CDD), advierte que las propuestas comunes a todos los candidatos, como promover la equidad y la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, erradicar la violencia y la discriminación hacia las mujeres en todos los ámbitos, son resultado de un consenso mundial.
«Donde no hay acuerdo es sobre qué significa apoyar el derecho de las mujeres a tomar decisiones en todos los aspectos de sus vidas. Ahí es donde viene el quiebre, porque eso pasa por los derechos sexuales, reproductivos y el acceso al aborto», explicó, y llamó a la sociedad mexicana a vigilar que las ofertas de los cinco candidatos no se queden solo en eso.
Una mirada hacia el desempeño reciente de los candidatos genera más bien incertidumbre, pues el tema de género salvo para Patricia Mercado no ha sido prioritario en sus carreras.
Roberto Madrazo Pintado
El ex gobernador de Tabasco incluye en su oferta política la incorporación de la perspectiva de género, resolución del feminicidio en Ciudad Juárez y «respeto a la ley en torno al aborto» pero su posición hacia los temas de género ha sido ambivalente.
Licenciado en derecho por la UNAM ha sido también diputado federal y senador. Como gobernador impulsó la primera Ley para la Prevención y el Tratamiento de la Violencia Intrafamiliar de Tabasco, que se aprobó el 15 de mayo de 1999.
Sin embargo, su historial también incluye una anécdota que retrata la actitud de él y su esposa, Isabel de la Parra, frente a los problemas de las mujeres.
Siendo gobernador, enfrentó el caso de la esposa de un directivo del hospital Juan Gabriel Graham, quien después de pedir reiteradamente su apoyo y el de su esposa para recuperar a sus dos hijas raptadas por el padre, de quien se estaba divorciando, decidió iniciar una huelga de hambre frente a la casa de gobierno.
Su protesta le mereció el reclamo de Isabel de la Parra, por provocarle más presiones sin tomar en cuenta que se encontraba enferma: Madrazo, por su parte, ordenó su desalojo, mismo que ejecutó la policía estatal con lujo de fuerza.
Andrés Manuel López Obrador
El candidato de los tres partidos que se autodefinen como de ideología progresista, Andrés Manuel López Obrador, ofrece también medidas por la equidad entre hombres y mujeres, una política de género que cruce todas las esferas de gobierno y acceso a servicios de salud sexual y reproductiva de calidad y sin discriminación.
Su plataforma contradice, en varios puntos, su actuación como jefe de Gobierno del Distrito Federal, pues si bien incorporó a mujeres en puestos clave de su gabinete, como salud y procuración de justicia, no consolidó una política integral de género y evadió el tema de la diversidad sexual.
La cercanía de López Obrador con los grupos de ultraderecha y la jerarquía católica minó la posición del PRD en temas como la salud sexual y el Sida, particularmente en la atención a la comunidad homosexual, y le llevó a «vetar» la iniciativa de Ley de Sociedades de Convivencia, que otorgaba los derechos de los matrimonios civiles a parejas de hecho, incluidas las uniones homosexuales.
Como anécdota, cuando en 2003 el retraso en el proceso de reemplacamiento para los automóviles se convirtió en un tema espinoso para el jefe de gobierno, instruyó al personal de la ciudad para que dejara sus labores, incluyendo los servicios de atención a crisis en las unidades de Atención a la Violencia Familiar, para repartir placas a domicilio.
Patricia Mercado Castro
Es la única mujer en la carrera presidencial. Con más de 25 años de militancia feminista, fue fundadora del Grupo Autónomo de Mujeres Universitarias (GAMU) y defensora de los derechos de las mujeres en todos los ámbitos, desde el laboral hasta el de los derechos sexuales y reproductivos.
Economista egresada de la UNAM, fue consejera de trabajo del Sindicato de Costureras 19 de septiembre, directora general del Grupo de Información y Reproducción Elegida (GIRE) y participó en la preparación de la Conferencia de Población y Desarrollo de Naciones Unidas, en El Cairo, Egipto en 1993, así como en la de la Cuarta Conferencia Mundial de la Mujer en Beijing, China en 1995.
Los acuerdos alcanzados en esos foros, junto con los de la Convención para la Eliminación de todas las Formas de Discriminación hacia la Mujer (CEDAW) y la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (Belem do Pará), constituyen la base de su plataforma electoral.
Plantea reformas para garantizar presupuestos para las mujeres en salud, educación, combate a la violencia y participación política. Otorgar a las parejas del mismo sexo las mismas prestaciones y servicios que las heterosexuales, promover reformas legales para despenalizar el aborto y dar acceso seguro y gratuito a él a las mujeres que así lo decidan.
Felipe Calderón Hinojosa
Egresado de la Escuela Libre de Derecho, de la Ciudad de México, tiene una bien ganada fama de conservador y reaccionario, y una carrera en la política mexicana como diputado federal y secretario de Energía en la actual administración.
Como legislador y como presidente del PAN, calificó en 2001 como criminal la iniciativa para ampliar las causales de aborto en la ciudad de México, conocida como Ley Robles, aunque se ha manifestado a favor de ampliar la participación política femenina, lograr la equidad entre hombres y mujeres, eliminar la violencia y la discriminación por género.
Promete incluir el enfoque de género en todos los ámbitos, para mejorar el acceso femenino, sobre todo de las mujeres solas y vulnerables al empleo a la salud, la educación y la vivienda, pero la propuesta es regresiva en el tema de los derechos sexuales y reproductivos.
En este rubro, el panista sólo ofrece «educación sexual y de prevención de embarazos no planeados que respeten el derecho a la vida desde el momento de la concepción, con apoyo a las mujeres que se encuentren en esa situación».
Siempre se pronuncia en contra de la despenalización del aborto, la muerte asistida y el ejercicio pleno de los derechos sexuales y reproductivos, rechaza la píldora de anticoncepción de emergencia (PAE) y ofrece que de ganar la presidencia, no las incluirá en el cuadro básico de medicamentos, pese a que ya forman parte del mismo. Ha declarado que prefiere «perder votos a negar su religión.»
Roberto Campa Cifrían
La pobreza de las propuestas del candidato, Roberto Campa Cifrián, hace de esta opción la menos comprometida con las mujeres. Este abogado y economista, que ha sido asambleísta del Distrito Federal y diputado federal luego de una militancia de 28 años en el PRI que nunca se distinguió por impulsar acciones a favor del género femenino.
Su desempeño como legislador puede calificarse de gris. Ocupado más en las disputas internas del que hasta poco fue su partido, nunca promovió acciones o iniciativas de ley a favor de las mujeres ni de ningún otro tema, limitándose a secundar las decisiones de su dirigencia partidista.
Su propuesta carece, por tanto, de un enfoque de género y se limita a compromisos generales, que no establecen acciones concretas o políticas para erradicar la discriminación hacia la mujer en todos los ámbitos.
06/MLG/LR
