Hasta hoy, las mujeres que murieron en combate, en la clandestinidad, eran invisibles, a pesar de ser objeto de persecución, ejecución, desaparición forzada o encarcelamiento a lo largo de las décadas de 70 y 80 cuando fueron el blanco de las autoridades.
Un breve recuento durante la jornada La Mujer y la Guerra Sucia realizada en la Cámara de Diputados establece que, al menos 169 mujeres sufrieron la persecución del Ejército Mexicano, la Dirección Federal de Seguridad (DFS), la Brigada Blanca, la DIPD, Grupo «Jaguares» y otras corporaciones gubernamentales.
La diputada federal del Partido de la Revolución Democrática (PRD), María de los Angeles Sánchez Lira, comentó que el camino hasta ahora recorrido, en la ruta por la democracia, no pudiera entenderse sin el aporte de cientos de compañeras y compañeros hoy desaparecidos.
De ello, dijo, se debe honrar su memoria luchando con brío, para construir un sistema plenamente democrático, donde la transparencia y responsabilidad en el actuar de las autoridades de administrar y procurar la justicia, sea parte de la normatividad en la vida de nuestro país.
Señaló que el informe presentado por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), en materia de desaparecidos en la guerra sucia, aunque insuficiente, representa un reconocimiento de una instancia del poder, de la cruel conducta de algunos cuerpos de seguridad y que por varias décadas mostraron.
En México, resaltó, quienes han violentado los derechos humanos tienen nombre y apellidos, «muchos de ellos aún viven. Al igual que cuando contaban con la protección del viejo régimen, se siguen burlando de la justicia. Es hora de que rindan cuentas».
En tanto, el Fiscal Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado, Ignacio Carrillo Prieto, dijo que este tipo de eventos contribuyen a los trabajos que realiza esa oficina, al esclarecimiento de los hechos y en consecuencia al trabajo especifico que tiene asignado y que consiste en presentar a los jueces federales competentes, la sanción de los responsables de estas atrocidades.
Necesitamos hacerlo, reiteró, porque no pueden quedar impunes estos hechos y prevenir su comisión futura.
Apuntó que el trabajo de la Fiscalía no puede resultar exitoso sin el concurso de la participación ciudadana, y en esa participación, porque así ha sido históricamente y porque en este problema es la destacada la actuación de las mujeres.
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