Refuerzan liderazgo político de mujeres en Centroamérica

En Honduras y El Salvador, mujeres que ocupan o pretenden puestos de toma de decisión en el gobierno se profesionalizaron en temas de democracia, elecciones, gobernabilidad y perspectiva de género, para conseguir la paridad en los procesos electorales.
 
En 2013 una cuarta parte de quienes integraron el Congreso de Honduras fueron mujeres; mientras que en El Salvador se aprobó la Ley de Partidos Políticos, que exige un mínimo de 30 por ciento de candidaturas femeninas.
 
No obstante, es de recordar que en las elecciones generales de noviembre pasado en Honduras prevaleció un ambiente de miedo y militarización, factores de riesgo que aún enfrentan las mujeres en esa nación centroamericana, especialmente las opositoras y las defensoras de Derechos Humanos.
 
En el caso de El Salvador, durante los comicios presidenciales del pasado 2 de febrero la población femenina migrante fue vista como botín electoral por los candidatos, quienes solicitaron su voto en el exterior pero ignoraron sus necesidades.
 
Recientemente, en ambos países se impartió un seminario en el que Building Resources in Democracy, Governance and Elections, asociación estadounidense impulsora de la democracia y la gobernabilidad, capacitó a 30 mujeres.
 
Los objetivos del seminario fueron sensibilizar y reflexionar sobre los retos que limitan la plena participación femenina en la esfera política; además de desarrollar estrategias de campaña, optimizar recursos, administrar conocimientos y asumir con mayor responsabilidad las candidaturas y los cargos de dirección que algunas ostentan en sus partidos.
 
Participaron mujeres de distintas fuerzas políticas, nivel académico y experiencia; algunas eran militantes, coordinadoras de unidades de género, candidatas de los partidos y representantes del Tribunal Supremo Electoral y del Instituto Nacional de la Mujer.
 
Durante el seminario, las participantes propusieron soluciones prácticas desde la perspectiva de género a fin de lograr un cambio de enfoque en los sistemas electorales, las cuotas, el reclutamiento de candidatas y el financiamiento de las campañas.
 
También coincidieron en la necesidad de que las mujeres no sean excluidas de los espacios de decisión, ni como votantes ni como candidatas; que algunos sistemas electorales deben ser corregidos, ya que no benefician la paridad ni propician la participación femenina, y que se requieren condiciones óptimas y equitativas para asegurar que las mujeres desarrollen a plenitud sus funciones.
 
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