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Se estancó reducción de muerte materna en países en desarrollo

Por Lourdes Godínez Leal

El Relator Especial sobre el derecho de toda persona al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental de las Naciones Unidas (ONU), Paul Hunt, reconoció que ha habido un estancamiento para reducir la muerte materna (MM) en los países en desarrollo, por lo que consideró urgente realizar una campaña a nivel mundial y colocarla en la agenda de los derechos humanos.

En el marco de la conferencia The Women Deliver (Las mujeres dan vida) realizado en octubre de 2007 en Londres, Inglaterra, el Relator Especial de la ONU, Paul Hunt enfatizó la importancia de que las organizaciones civiles de derechos humanos incluyan en su agenda el tema de la MM como un asunto de derechos humanos.

Al hacer un llamado para realizar esta campaña, Hunt conminó a las organizaciones civiles que trabajan el tema a protestar y manifestarse contra la MM con la misma intensidad con la que denuncian las ejecuciones extrajudiciales, las detenciones arbitrarias, los juicios injustos y la situación de los presos de conciencia.

Y recordó que existe un compromiso a nivel mundial de parte de los países para combatir esta problemática signado en los Objetivos de Desarrollo del Milenio, con metas específicas a cumplir en 2015 entre las que se encuentra la reducción en dos terceras partes la muerte materna.

En el documento El derecho de toda persona al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental, Hunt justificó su propuesta señalando que las complicaciones durante el embarazo y el parto son las principales causas de muerte de las mujeres de entre 15 y 19 años de edad en los países en desarrollo.

Y agregó que aproximadamente el 80 por ciento de los fallecimientos derivados de la maternidad en todo el mundo tiene que ver con las complicaciones obstétricas, principalmente hemorragias, septicemias (envenenamiento de la sangre), abortos practicados en condiciones de riesgo, preclampsia y eclampsia (presión arterial alta) y partos prolongados u obstruidos, todas ellas prevenibles.

Al proponer la campaña, el funcionario destacó que la MM no tiene que ver solamente con el acceso a los servicios de salud sino con factores múltiples como: pobreza, analfabetismo, desigualdad, cultura e injusticia social.

En coincidencia con Hunt, las Naciones Unidas han reconocido en diversos foros internacionales que los Estados incurren en una violación a los derechos humanos de las mujeres cuando no toman medidas preventivas para que éstas dejen de morir por causas relacionadas con el embarazo.

En tanto que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha recomendado a los países que para hacerle frente a este problema de salud pública es necesario impulsar el respeto a los derechos humanos de las mujeres, promover el cambio socioeconómico para éstas y que el matrimonio temprano y el nacimiento de las y los hijos se retrasen.
También promover el empoderamiento de las mujeres para que puedan ser capaces de decidir sobre salud sexual y reproductiva y sus derechos, propone la OPS.

DERECHO A LA SALUD, AL MÁS ALTO NIVEL

Al exponer su propuesta, el relator de la ONU advirtió de los inconvenientes que puede tener la campaña.

Entre estos inconvenientes están los argumentos de que la violencia contra la mujer es siempre una violación de los derechos humanos o que la identidad del violador de los derechos humanos tal vez no esté siempre clara, aclaró Paul Hunt, pues la responsabilidad respecto de la mortalidad derivada de la maternidad puede ser imputable a numerosos agentes, incluidos familiares, profesionales y de servicios de salud, el Estado y la comunidad internacional.

No obstante lo anterior, señaló, eso no impide que las muertes por esta causa constituyan una violación de los derechos humanos.

La MM ha de ser investigada para determinar en quién recae la responsabilidad y para garantizar una mejor rendición de cuentas, de manera que puedan realizarse urgentemente las oportunas modificaciones normativas, consideró.

Una campaña de derechos humanos contra la mortalidad materna, dijo, daría lugar inevitablemente a otras cuestiones cruciales entre las que destaca la importancia capital de establecer sistemas de salud eficaces que sean accesibles para todos.

Para Hunt, la muerte materna está estrechamente relacionada con la no realización del derecho a la salud al más alto nivel posible.

Si se integra debidamente el derecho a la salud, puede contribuir a garantizar que las políticas pertinentes sean más equitativas, sostenibles y firmes. Además, este derecho constituye un eficaz mecanismo de organización de campañas en el marco de la lucha para reducir la mortalidad derivada de la maternidad, consideró.

En su opinión, el que las mujeres tengan derecho al más alto nivel posible de salud implica tener acceso a servicios específicos para el embarazo y puerperio (periodo de tiempo que se extiende desde el alumbramiento hasta las primeras 6 semanas después del parto) y a consejería e información sobre salud sexual y reproductiva.

Un sistema de salud equitativo, bien dotado, accesible e integrado es aceptado ampliamente como un contexto vital para garantizar el acceso de la mujer a las intervenciones que pueden evitar las causas de los fallecimientos derivados de la maternidad o para tratarlas, agregó.

El Relator Especial insiste: los servicios de salud deben estar disponibles para las mujeres embarazadas, ser de calidad, tener número suficiente de personal capacitado para atender las emergencias obstétricas, lo que obliga a los Estados a garantizar un número suficiente de profesionales de la salud acompañados de mejoras en sus condiciones de trabajo, subrayó.

PARA TOMAR EN CUENTA

De acuerdo con el Informe del Relator Especial sobre el derechos de toda persona al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental, publicado el 13 de septiembre de 2006, el 74 por ciento de las muertes derivadas de la maternidad podrían evitarse si todas las mujeres tuvieran acceso a las intervenciones necesarias para hacer frente a las complicaciones derivadas del embarazo y el parto, particularmente a la atención obstétrica de emergencia.

Por cada mujer que muere por complicaciones obstétricas, aproximadamente otras 30 sufren lesiones, lo que se conoce como morbilidad materna, dice el mismo informe.

Además, entre los hombres de 15 a 44 años no hay una causa única de muerte y discapacidad que se aproxime a la de los casos de muerte y discapacidad derivados de la maternidad.

La carga de mortalidad materna recae principalmente en los países en desarrollo y las mujeres que se encuentran en mayor desventaja como se ha insistido, son: las de minorías étnicas, de comunidades pobres, marginadas y rurales y las indígenas.

Y, si bien ha reconocido el relator que ha habido algunos avances para reducir las muertes maternas, éstos se han estancado y las razones de muerte materna se han disparado.

08/LGL/GG/CV

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