Una mujer en El Salvador, presa desde julio de 2010 por sufrir un aborto espontáneo, está apunto de ser enjuiciada y condenada a 30 años de cárcel por el delito de homicidio agravado, toda vez que la Fiscalía la acusa de haber asesinado a su «hijo recién nacido».
En un comunicado, la Agrupación Ciudadana por la Despenalización del Aborto Terapéutico, Ético y Eugenésico informó que la defensa de la mujer salvadoreña presentó una solicitud de medidas cautelares ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), con sede en Washington.
La petición de la defensa contempla que la Sala de lo Constitucional de El Salvador se pronuncie al respecto y resuelva de manera expedita y justa sobre los recursos legales presentados a favor de la mujer presa en la cárcel de Ilopango.
El esposo de la salvadoreña también está detenido por los cargos de complicidad. El hijo de ambos, de 10 años de edad, está al cuidado de otras personas.
SIN ATENCIÓN MÉDICA
El 25 de julio de 2010, en el cantón El Matazano, departamento de La Libertad –un poblado pobre y alejado de la ciudad–, la mujer que sufría preclampsia, sin saberlo ya que no tuvo control prenatal, expulsó el producto en gestación.
Según los informes periciales de la defensa, el aborto fue provocado por una placenta abrupta que genera abundantes sangrados y estado de shock. Por lo apartado de su vivienda, la mujer no recibió ninguna asistencia sanitaria. Debido a estas circunstancias el producto murió.
La Agrupación Ciudadana precisó que si bien era un producto en término, era inviable que sobreviviera en esas circunstancias, ya que el peso y medida craneal eran inferiores a las normales, por lo que murió inmediatamente por hipovolemia (hemorragia), al ser expulsado junto a la placenta y no cortarse inmediatamente el cordón umbilical.
La mujer fue trasladada de emergencia por su esposo, pero tardó dos horas en llegar al hospital de Santa Tecla, donde permaneció siete días en recuperación. El personal del hospital al ver que había tenido un embarazo reciente la denunció, pasando directamente del hospital a la cárcel acusada de homicidio agravado contra su «hijo recién nacido».
INVESTIGACIONES INEFICIENTES
A pesar de que no existe evidencia científica ni pruebas directas, la Fiscalía sostiene que la mujer mató al producto al lanzarlo a una fosa séptica.
De acuerdo con la organización salvadoreña, Medicina Legal afirma que el producto murió por golpe contuso en el cráneo, mientras que la Fiscalía asegura que la muerte fue por lanzamiento en la fosa séptica, por lo que ambas hipótesis de las instancias de justicia son «contradictorias e incompletas».
Además alega que Medicina Legal no realizó las pruebas pertinentes para saber si el producto nació vivo o muerto, bajo el argumento de que ya estaba putrefacto cuando se realizó la autopsia.
La Agrupación Ciudadana apuntó que ese planteamiento no tiene sostén científico, toda vez que las pruebas histológicas pueden realizarse aun cuando hay putrefacción y son las únicas que con certeza pueden decir si hubo vida o no.
«Solamente sabiendo si había vida se puede afirmar con certeza que la causa de muerte fue por el golpe en el cráneo, y luego determinar si éste fue accidental o criminal. Nada de esto hizo Medicina Legal», observó la organización.
Ante ello, el juez primero de Instrucción de Santa Tecla, David Posada Vidaurreta, sobreseyó provisionalmente a la imputada el pasado 11 de febrero, sin embargo la Fiscalía apeló el caso por lo que la Cámara de la Cuarta Sección del Centro, sin haber escuchado a los peritos de la defensa, mando el caso a juicio.
La Agrupación acusó que se trata de una clara violación constitucional, por lo que la defensa solicitó un amparo a favor de la imputada ante la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Aún no hay respuesta de ambos recursos, por lo que es muy probable que en las próximas semanas la mujer sea enviada a juicio, advirtió la organización.
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