En las próximas décadas, México tendrá impactos importantes en los recursos hídricos a causa del calentamiento global, uno de ellos será la disminución en la disponibilidad de agua per cápita.
Esta disminución se debe a tres factores el aumento de la población, la reducción de las precipitaciones y el incremento de la temperatura que provoca más evaporación, advirtió el investigador del Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Víctor Manuel Mendoza Castro, informa un boletín de esta institución.
Por ello, al dictar la conferencia Impacto del calentamiento global en los recursos hídricos de México, en el Museo de las Ciencias Universum, Mendoza Castro alertó sobre la urgente necesidad de reducir, lo más pronto posible, las emisiones de gases de efecto invernadero.
En la República Mexicana, destacó, se ha observado que donde más precipitación pluvial se registraba ahora cae más, mientras que en el norte del país, en donde menos había, el nivel decreció alrededor del cinco por ciento.
Asimismo, el investigador universitario comentó que los modelos pronostican que de 2020 a 2029 en el país, habrá un aumento de uno a 1.5 grados centígrados en la temperatura, con relación a 1990; mientras que para finales del presente siglo (2090-2099) la elevación será de tres a cuatro grados superiores.
Sin embargo, abundó, el calentamiento global no sólo tendrá impactos sobre los recursos hídricos nacionales, sino también en los agrícolas y los bosques, lo que podría provocar el incremento en los niveles del mar.
«Ello se debe a que con el gradiente el agua se expande, es decir, experimenta un fenómeno térmico, pero también los glaciares pierden hielo, líquido que se incorpora al océano y eleva los márgenes; muchos centros turísticos de playa podrían tener problemas, y zonas como Tabasco sufrirían crecientes inundaciones», explicó.
Víctor Manuel Mendoza aseguró que el efecto invernadero natural produce un calentamiento adicional en el planeta, que es bueno, porque en lugar de tener temperaturas congelantes de menos 18 grados centígrados, serán tibias.
Por fortuna, recalcó el ponente, no todo el dióxido de carbono que se agrega a la atmósfera se queda en ella, en los océanos y los continentes. La biosfera se encarga de absorber entre 50 y 60 por ciento y elimina ese mismo porcentaje.
«En la última década, el vapor de agua se ha ampliado, porque el planeta se ha calentado y la atmósfera se comporta como si fuera una esponja», refirió.
Con ello, podría pensarse que se generarán más lluvias; no obstante, lo que ha ocurrido es que se ha incrementado el número de precipitaciones intensas, de forma torrencial, pero cuando eso ocurre, el agua no se aprovecha. Sin embargo, en los trópicos y subtrópicos las sequías son más comunes, señaló.
Por último, el investigador indicó que los modelos proporcionan estimaciones creíbles del cambio climático a futuro, asociado al incremento de los gases de efecto invernadero.
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