El obispo de Parral, José Andrés Corral Arredondo, suspendió al sacerdote Rodolfo Jordán, en respuesta a la denuncia que hizo Rosario, la joven de Jiménez quien tuvo una niña del clérigo.
Al enterarse, Rosario aplaudió la medida y aclaró que nunca tuvo la intención de hacerle daño a Jordán, a su familia, al obispo y menos a la iglesia.
Está convencida que si el obispo hubiera atendido su petición la primera vez que habló con él, cuando estaba embarazada, el caso no se hubiera hecho público.
Le queda claro que el hecho que Jordán ya no sea sacerdote, no implica que reconozca y se haga cargo de su hija. No es lo que ella pide.
Lo único que pedía, y ya lo logró, es que Jordán no continúe ejerciendo el sacerdocio. Su argumento es que no era correcto. Corral Arredondo dio a conocer el decreto de suspensión que él mismo le entregó a Jordán.
Dice textualmente:
Querido hijo, la Iglesia Católica, como madre y maestra, siempre atenta a cuidar y velar por todos sus hijos, especialmente por aquellos que con sus pecados o su conducta, han causado un grave daño y han perturbado el orden social, para tutelar la comunión eclesial y conseguir la conversión de sus hijos, así como para reparar el escándalo cometido, tiene la potestad coactiva para sancionar a sus fieles con diversas penas, establecidas en el actual Código de Derecho Canónico.
«Con verdadera tristeza y sincero dolor, ante los acontecimientos vividos en días pasados que suscitaron entre nuestros fieles todo tipo de reacciones, cumpliendo con mi deber de Pastor de esta grey que se me ha encomendado apacentar, poniendo delante de Dios, ante todo, la caridad y la justicia, mediante el presente documento, decreto la Pena de Suspensión con la prohibición de realizar cualquier acto de la potestad de orden y del ejercicio de todas las funciones sacerdotales.
«Te exhorto, querido hijo, a buscar una sincera conversión a través de un tiempo de reflexión personal, de oración y penitencia. No olvides nunca que el Señor es un Dios de amor y perdón, que no busca la muerte del pecador, sino que viva y se salve.
«Confío en que acatarás con fe esta difícil, pero necesaria sanción penal, tomándola como una oportunidad para alcanzar un verdadero arrepentimiento y a la vez sirva para reparar el daño causado a todo el pueblo de Dios».
OBISPO DEFIENDE A SACERDOTE
Pero el escándalo no quedó ahí. Al conocer los comentarios que hizo el obispo de Parral, durante la rueda de prensa que ofreció para anunciar la suspensión del sacerdote, la mamá de Rosario le respondió en tono fuerte y lo retó a investigar otro caso parecido en Villa López.
Y es que cuando anunció la suspensión de Jordán, el obispo de Parral cuestionó la conducta de Rosario. Comentó que es una mujer divorciada y prácticamente la acusó de seducir al sacerdote.
Corral Arredondo también señaló que el odio contra Jordán llevó a Rosario a denunciar el caso públicamente.
En un comunicado que envió a los medios, la mamá de Rosario le aclara al obispo de Parral que ellas nunca escondieron la edad ni el divorcio de la joven. También le aclara que no las movió el odio, sino la verdad.
Y es que, en efecto, en distintas entrevistas que dio a los medios, Rosario reveló que es divorciada y tiene 32 años. También dijo que no busca manutención para su hija, ni espera que Jordán se case con ella.
La mamá de Rosario aclara que si la joven fuera menor de edad, Jordán estaría preso porque ella lo hubiera denunciado.
En todo el país hay mujeres que se divorcian por diferentes motivos, desgraciadamente mi hija lo tuvo que hacer, pero eso no le quita a ninguna mujer su valía, pensar que una mujer divorciada puede seducir y engatuzar a un hombre es muy poco criterio, indica.
Y apunta: Al señalar a una mujer divorciada de tal manera, vemos la poca misericordia que hay del señor obispo.
Aclara que si las impulsara el odio, no amarían tanto a la niña. Es una niña querida y cuidada, rodeada de amor, enfatiza.
El calor humano y la misericordia no están presentes al decir que el odio nos llevó a denunciar la paternidad de la hija de un sacerdote, señala la mamá de Rosario refiriéndose al obispo de Parral.
La señora revela que hace meses descubrió varios mensajes que envió Jordán al celular de Rosario donde le decía que la seguía amando, que lo dejara ver a la niña y le pedía que se volvieran a ver.
Dice que indignada le llamó por teléfono para reclamarle que le enviara mensajes a su hija y el sacerdote sólo le respondió de manera grosera con la interrogante: ¿Yyyyy?.
La señora también cuestiona que el obispo de Parral defendiera con tanto ahínco a Jordán en la rueda de prensa, poniéndolo como una víctima.
Asegura que recientemente se enteró que Jordán ponía una cruz en una barda de Jiménez por cada relación sexual que tenía con distintas muchachas.
Casi llenó la barda de cruces, por eso le apodaban El Tumbas, menciona y se dirige a Corral Arredondo: Es más importante que vea tanta irregularidad que hay en la Diócesis de Parral que atacar a mi hija y a mi nieta, no trate de justificar nada, no se ve bien a los ojos de Dios.
OTROS CASOS
La señora exhorta al obispo de Parral a que investigue lo que está ocurriendo en Villa López. Afirma que el párroco que se fue recientemente del lugar tiene una hija en Torreón, que incluso recientemente le festejó los quince años.
Sólo tiene que viajar 40 kilómetros y sondear a los feligreses para confirmar esta información, reta.
También se refiere al sacerdote asesinado hace tiempo en Jiménez. No mienta, no diga que este es el único problema que ha tenido en su Diócesis, apunta.
Informa que se entrevistó con Sergio Martínez Garza, coordinador de Asuntos Religiosos del Gobierno del estado y le pide al obispo de Parral que a través del funcionario le entregue un documento donde conste que Jordán no volverá a ejercer como sacerdote.
Es bien sabido que los sacerdotes que anteriormente tenían una conducta impropia sólo los trasladaban a otra parroquia, otro estado, otro país. Debe terminarse esto, advierte.
07/DVM/CV
