El Congreso de Colombia tiene la cuota femenina más baja de los últimos 15 años: 12 senadoras y 14 representantes, pero ese número no es insignificante porque ellas, pese a pertenecer a partidos políticos opuestos, se han unido para garantizar que el 50 por ciento de candidatos en las listas de elección sean mujeres.
En la iniciativa participan destacadas líderes del ámbito público, como Piedad Córdoba y Cecilia López (radicales liberales) y sólidas representantes de sectores más conservadores, como Martha Lucía Ramírez y Gina Parody (pertenecientes a partidos políticos que apoyan al actual presidente Álvaro Uribe).
Estas mujeres, que muchos esperaban desempeñaran roles antagónicos en el Congreso, han dado un primer paso hacia la búsqueda de espacios más igualitarios en el país.
Militantes de partidos con ideologías tan opuestas como el Polo Democrático (izquierda) y Cambio Radical (derecha) ahora estrechan sus lazos y se centran en un objetivo común, que favorecerá la participación de las mujeres en diversos ámbitos.
La iniciativa de las parlamentarias va más allá de la llamada «la ley de cuotas» aprobada el año 2000, que permite a las mujeres tener un 30 por ciento de participación en cargos de primer nivel en la rama Ejecutiva.
Pretende no sólo obtener una garantía de participación política, sino apoyar a las mujeres cabeza de familia y definir proyectos legislativos contra la violencia intrafamiliar.
Esta alianza presentará próximamente un proyecto de reforma constitucional para ordenar a los partidos que garanticen una adecuada participación de las mujeres en el ámbito público.
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