Urge diseño de políticas para atender a adultas mayores

México debe anticiparse al “envejecimiento” de su población y crear políticas públicas que garanticen servicios de cuidado de las personas adultas mayores, ya que se prevé que en 2050 la demanda de esta atención rebasará a la de los servicios de cuidado infantil.
 
Actualmente el país carece de un sistema desarrollado de servicios de cuidado de personas adultas mayores y esta tarea recae en las familias, principalmente en las mujeres, indicó María Ángeles Durán, economista y politóloga española especialista en el tema.
 
En 1950 había 176 mil personas de entre 80 y 90 años de edad, para 2010 creció a un millón y medio, y se calcula que para 2050 habrá 8 millones de mujeres y hombres de esa edad, equivalente a la suma de las poblaciones de Uruguay y Costa Rica.
 
Hoy, la demanda de servicios de cuidado para las personas adultas mayores apenas alcanza el 10 por ciento, mientras que la demanda de cuidado infantil es de 44.8 por ciento, toda vez que se asume que la primera labor es “responsabilidad” de las mujeres en la familia y no del Estado.
 
Sin embargo, la tendencia se revertirá para 2050 y el país tendrá una mayor demanda de servicios de cuidado para las personas más longevas que para la niñez, debido al envejecimiento de la población, subrayó la experta.
 
Por lo que México debe desarrollar servicios de cuidado “con mucha anticipación porque las políticas públicas no se pueden improvisar, sobre todo las referentes a las personas mayores”.
 
María Ángeles Durán refirió que si el Estado no garantiza este tipo de servicios, “la gente tendrá que ahorrar mucho para su vejez, ya que el sistema de pensiones será rebasado y estas personas tendrán menos hijas e hijos que los puedan cuidar”.
 
“Otros países de la región como Cuba y Chile ya están en esa situación: sin jubilación suficiente para personas mayores. Y le va a llegar (su turno) a México”, advirtió.
 
El análisis de Durán, basado en estimaciones demográficas de Naciones Unidas para el periodo 1950-2050, fue publicado en su libro “El trabajo no remunerado en la economía global”, que recién presentó en México.
 
En el texto, que representa una aportación teórica sobre por qué el trabajo no remunerado es importante, la economista dedica uno de los ocho capítulos a la reflexión sobre las necesidades de servicios de cuidado en 2050.
 
Al aplicar las estimaciones internacionales, ofrece indicadores de demanda de cuidados para las regiones del mundo, así como para una selección de países de máximo y mínimo desarrollo.
 
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