En la sierra de Guerrero los demonios se encuentran sueltos. Siguen los homicidios, secuestros y violencia en contra de los campesinos más pobres. Las autoridades estatales y federales siguen solapando a los caciques de la región sin que nadie detenga los atropellos y violaciones a sus derechos humanos.
Javier Torres Cruz, campesino ecologista de la sierra de Petatlán, Guerrero, se encuentra desaparecido desde el pasado 3 de diciembre sin que ninguna autoridad de cuenta de su paradero. En el año de 2007 se atrevió a denunciar públicamente en medios de comunicación y ante la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) que Rogaciano Alba Álvarez, acusado de estar ligado a narcotraficantes y tala montes del lugar, había mandado a asesinar a la abogada Digna Ochoa y Placido.
A Javier Torres Cruz lo conocí en septiembre de 2007 a raíz de una llamada del entonces Subprocurador de Derechos Humanos de la PGJDF, Fernando Coronado, el cual me informaba de la presencia de campesinos de la región de Petatlán, Guerrero y que estaban dispuestos a revelar los nombres los asesinos de la abogada Digna Ochoa, siempre y cuando estuviera presente un representante de la familia de ella.
Acudí a la declaración de Javier Torres como abogado de la familia de Digna Ochoa; él reveló a la autoridad que pistoleros de Rogaciano Alba Álvarez, ex presidente municipal de Pentatlán y ex presidente de la Asociación de Ganaderos del estado de Guerrero, habían asesinado a la abogada Digna Ochoa el 19 de octubre de 2001. Que se habían hecho pasar por ecologistas y que al estar dentro de la oficina de la abogada la mataron de un tiro en la cabeza.
Con angustia Javier Torres pidió a la PGJDF le diera protección a él y a su familia porque temía por su vida; ésta solicitud nunca fue atendida. Existe la constancia ministerial de esa petición y la falta de respuesta de la autoridad. El expediente, con la declaración y solicitud de Javier Torres, posteriormente fue turnado a la Procuraduría de Justicia del estado de Guerrero, quién tampoco atendió la petición de protección para él ni para su familia.
El procurador de Justicia guerrerense se ha atrevido a decir hace unos días que no existe denuncia formal en contra de Rogaciano Alba Álvarez y que por ello no ha procedido en contra de él.
En su momento después de su declaración rendida en septiembre de 2007, le pregunté al campesino Javier Torres Cruz el por qué no había presentado la denuncia de estos hechos en el estado de Guerrero. Él me dijo que las autoridades ministeriales, la Policía y el Ejército estaban coludidas con Rogaciano Alba Álvarez. «Va a ser contraproducente, al rato me van a acusar de ser el responsable de todo».
«Venimos huyendo de las agresiones y estamos decididos a poner un hasta aquí y por ello venimos a denunciar estos hechos ante la autoridad. A mis familiares la gente de Rogaciano la semana pasada les quemó sus casas, todo porque sabemos quién mató a la abogada Digna Ochoa. Mire las fotos, abogado». Las fotos que me enseñaba eran de dos casas de madera, muy modestas, destruidas por el fuego, evidencias que después fueron agregadas a la investigación.
Javier Torres me dijo que estando sembrando con sus primos, días antes de presentar la denuncia en la PGJDF, recibieron varios disparos sin resultar nadie lesionado. «Era gente de Rogaciano; fue un aviso de que nos quieren acabar».
En su declaración, Javier dijo ante las autoridades ministeriales del Distrito Federal que su tío Anselmo Torres Rosas, quien había presenciado junto con él la confesión de uno de los pistoleros de Rogaciano Alba Álvarez sobre quiénes habían matado a la abogada Digna Ochoa, fue asesinado por gente del cacique el día 24 de diciembre de 2006 con varios balazos en el cuerpo. «Yo estaba junto a él y de milagro me salvé.»
El día 9 de abril de 2007 también fue asesinado Jesús Ríos Galeana, comisariado ejidal del Ejido La Botella, de la sierra de Petatlán, por el mismo motivo, ya que él tenía conocimiento de quiénes eran los responsables del homicidio de la abogada. Fue encontrado asesinado atado de pies y manos completamente desnudo y con visibles huellas de tortura.
Existen acusaciones muy graves de los campesinos ecologistas guerrenses en contra de efectivos del Ejército del 19 Batallón de Infantería, que se encuentra apostados en la región de Petatlán, Guerrero, porque estarían protegiendo a los caciques de la región que se han enriquecido con la explotación de los bosques.
Estos hechos se concatenan con la denuncia de las esposas de varios campesinos ecologistas, entre ellas la de Adela Mójica Villa, esposa de Javier Torres Cruz, con cuatro meses de embarazo y quién estuvo a punto de abortar por el horror de presenciar cómo integrantes del Ejército y civiles armados pertenecientes al grupo de Rogaciano Alba se metían a sus casas amenazando, abofeteando y apuntándolas con sus armas e ellas y a sus hijos, apenas el pasado 13 de noviembre de este 2008.
Buscaban a Javier, Felipe y Alejandro Torres Cruz, ecologistas que se han opuesto a la explotación sin límite del bosque por parte de los caciques.
Fue el 3 de diciembre pasado cuando se supo la última vez de Javier Torres Cruz, cuando llamaba para preguntar por sus hijos cuando la comunicación fue interrumpida abruptamente. Se teme por su vida y las autoridades niegan saber de su paradero.
¡Es urgente la intervención efectiva de la Procuraduría General de la República, de la Secretaría de Gobernación y del Gobierno de Guerrero para detener esta madeja de complicidades e impunidad! ¿Es una utopía lograrlo?
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*Abogado, especialista en temas de justicia, profesor en la Universidad Autónoma Metropolitana.
08/MF/GG
