Doña Irene Villavicencio viuda de Sosa, no se acobarda ni deprime ante la tragedia que vive con el encarcelamiento de sus hijos Erick, Horacio y Flavio, este último uno de los dirigentes de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), el más visible dentro del reciente conflicto magisterial y popular.
Mis hijos no son culpables de lo que se les acusa; el presidente (Calderón) en vez de solapar al gobernador Ulises Ruiz debería mejor oír al pueblo que pide que se vaya, dice la mujer a un grupo de inesperados visitantes que acuden a su domicilio, ubicado en un municipio conurbado de la ciudad de Oaxaca.
Así responde a Eduardo Miranda Esquivel, abogado defensor de Flavio y Horacio, que procedente de la ciudad de México, llegó de sorpresa para traerle saludos de dos de sus hijos, presos en el penal de máxima seguridad del Altiplano de Almoloya de Juárez, estado de México.
Flavio les pide que aguanten, que tiene confianza que salgan primero sus hermanos (Erick y Horario); él tiene la conciencia tranquila, sabe que es inocente y que espera salir pronto para volverlos a ver.
— Pero, antes que nada, me pidió que le diga a la familia que los quiere mucho. A todos, expresó el abogado.
En lo que cabe está bien, lo están atendiendo los médicos, le están dando de comer en condiciones normales y no ha sido maltratado, agregó en un mensaje que trataba de tranquilizar a la madre de Flavio Sosa, de 70 años, quien con la visita se esmeraba en compartir un chocolate de agua y pan de yema, como se acostumbra en Oaxaca.
Eduardo Miranda, también presidente de la Unión de Juristas de México, explicó a la señora que Flavio –consejero nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD)– está siendo procesado en cinco expedientes por diferentes delitos, los más graves por la quema del auditorio Guelaguetza y la ocupación del Canal 9.
Doña Irene lo escucha y le responde con entereza.
— Yo sé que son inocentes de todo, somos gente trabajadora en la familia. El pueblo sabe que vivimos del campo. Aquí en el pueblo, están tristes las personas porque saben bien quien es Flavio, le tienen mucho aprecio. Tiene muchas amistades y compadres. Es buena persona, muy sencillo, si tiene una tortilla la parte para dársela a alguien.
Y agregó: El andaba en las marchas, en el movimiento, pero eso de andar quemando, no. No se puede ir caminando y andar quemando. No se puede, como se dice, repicar y andar en la procesión.
Doña Irene también reclamó el encarcelamiento injusto de otro de sus hijos, Erick, el primero que fue detenido, y que está encarcelado en el penal de máxima seguridad de Matamoros, Tamaulipas.
Él ni se paraba en las marchas, no andaba en eso. Era bombero y maletero en el Aeropuerto (internacional Benito Juárez de Oaxaca). Tengo otro que se llama Gustavo que tampoco se mete en nada, pero lo quieren detener y anda escondiéndose.
Solamente Flavio y Horacio andaban en esas actividades, junto con mi sobrino Jorge Luis Sosa (preso en el penal de San José del Rincón, Nayarit), pero no por eso o por pensar de otra forma, merecen estar en la cárcel, lamenta.
La madre de Flavio, dirigente de la corriente Nueva Izquierda del PRD, pidió al presidente Felipe Calderón no solapar al gobernador por todo lo malo que está haciendo y atender la demanda popular de la salida de Ulises Ruiz como gobernador de Oaxaca.
Al final de la visita mandó un mensaje a Flavio, a través del abogado, para que esté tranquilo a pesar de todo.
Que se cuide, Dios lo va a ayudar porque no es un hombre malo, como lo es la demás gente (encarcelada). Ulises Ruiz tiene que irse y todos vamos a quedar tranquilos. Que le eche ganas pues tiene cuatro hijos.
06/JCM/CV
