Sonora.- La violencia feminicida que ha provocado que en Sonora, de enero a mayo de 2023, se registraran 51 muertes violentas de mujeres, nuevamente demostró que el machismo y misoginia se encuentran instalados en la sociedad luego de que un hombre señalado por acoso provocara un incendio que causó la muerte de 11 personas en un bar localizado en el municipio de San Luis Río Colorado, entre ellas una mujer.
La Fiscalía General de Justicia del Estado de Sonora informó que el hombre, de nombre José Luis ‘N’ de 28 años de edad, ya está imputado por el delito de homicidio calificado, tentativa de homicidio calificado y daños agravados por incendio.
Ello luego de que la madrugada del 22 de julio José Luis ‘N’ provocara un incendio tras ser expulsado del lugar debido a que había ejercido acoso sexual en contra de varias mujeres que se encontraban en el bar.
La Fiscalía informó que entre las personas fallecidas se encuentra una mujer, pese a ello, la dependencia no dio a conocer que se esté desarrollando una investigación por el delito de feminicidio, aún cuando existen razones de género detrás del asesinato.
Por ejemplo, entre las razones de género que establece el Código Penal para catalogar un delito como feminicidio, se establece que -en este caso- “hubo alguna amenaza relacionada con el hecho delictuoso, acoso o lesiones del sujeto activo”. Otra razón de género a considerar es que a la víctima se le infringieron lesiones. Pese a ello, este caso también es investigado como homicidio calificado, ignorando así todo el contexto en el que se perpetró.
La estructura social machista detrás el incendio
De acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), de enero a mayo de 2023, se registraron 51 muertes violentas de mujeres, de las cuales únicamente siete se investigan como feminicidio.
Lo cual pone en evidencia que la Fiscalía del estado no ha adecuado sus protocolos para realizar con perspectiva de género investigaciones por muertes violentas de mujeres las cuales, de acuerdo con la Sentencia Mariana Lima Buendía, deben investigarse como feminicidio.
Pese a este panorama, en 2015 la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres (CONAVIM) negó declarar la Alerta de Violencia de Género (AVG), un mecanismo que tiene como objetivo atender y erradicar la violencia feminicida.
Para el año 2019 organizaciones nuevamente solicitaron la declaratoria de AVG para la entidad; sin embargo, al día de hoy esta no se ha resuelto.
Lo anterior ha contribuido en enviar un mensaje de permisividad que, sumado con la masculinidad hegemónica -un modelo de comportamiento masculino que reproduce esquemas violentos y de poder, a la vez que enfatiza la desigualdad basada en el género-, crearon el clima que provocaría que un hombre se piense con la posibilidad de “reaccionar” de forma agresiva ante una sanción por violentar a una mujer.
La antropóloga feminista María Marcela Lagarde y de los Ríos ha explicado que los hombres experimentan la necesidad de mostrarse como seres violentos desde su infancia, pues de no hacerlo se les consideraría “poco hombres”. Así, paulatinamente, se van reproduciendo en el ideario social conceptos como dominio, opresión y supremacía que se relacionan estrechamente con lo masculino y acciones agresivas que sustentan dichos preceptos.
“El mandato de masculinidad le dice al hombre que espectacularice su potencia ante los niños, ante los compañeros, ante los primos, ante los hermanos, delante de los ojos del padre, en sociedad”, afirma la antropóloga feminista argentina Rita Laura Segato. Ello, sumado a la impunidad institucional, provoca que la violencia alcance expresiones extremas contra las mujeres.