La discriminación legal y abuso sexual, es el mayor problema que enfrentan las trabajadores domésticas y de la maquila, manifestó Judith Sunderlad de Human Rights Watch, en la presentación del estudio ‘Del Hogar a la Fábrica: Discriminación Sexual en la Fuerza Laboral Guatemalteca’.
De acuerdo con Sunderland, la discriminación de las trabajadoras domésticas empieza desde el Código de Trabajo, ya que a pesar de tener una sección específica para esta labor, es excluyente de los derechos laborales básicos como la jornada de ocho horas, puesto que las obligan a trabajar 14 horas, lo que permite que en la realidad se extienda mucho más el tiempo laboral.
Los días de descanso o asueto y la oportunidad de estar registradas en el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS), también son vedados en esta labor, ya que la ley otorga a los empleadores el cuidado de la salud y el derecho de establecer la cantidad y periodicidad de los días en que la empleada tomará sus descansos, informó la agencia Cerigua.
Para la expositora, otro de los problemas que enfrentan las trabajadoras en las casas particulares, especialmente las más jóvenes, es el acoso o en términos más graves el abuso sexual, a lo que se impone el silencio o el abandono del puesto, aunque sea su única forma de subsistencia.
La representante de Human Rights Watch señaló que la falta de un registro laboral es una de las causas por las que ellas son objeto de abusos, ya que los empleadores no son obligados a inscribirlas en el Ministerio de Trabajo y, consecuentemente, establecer un contrato legal.
El trabajo en las maquilas, es otra fuente de discriminación en contra de la mujer, pues deben soportar maltratos físicos y verbales, especialmente cuando se encuentran en estado de gravidez. En este caso les niegan la obtención del puesto o las despiden, llegando al acoso para forzarlas a renunciar.
Las trabajadoras de la maquila tampoco tienen acceso al IGSS, ya que en muchos casos no están inscritas, aunque les descuenten el tributo, y las que sí pagan ese derecho usualmente no pueden acceder a los servicios porque les niegan el certificado de trabajo, así como el tiempo que requieren para hacer trámites.
La defensora de derechos humanos exigió al Ministerio de Trabajo y al IGSS que investiguen los abusos contra las mujeres de las maquilas y domésticas, al demandar del gobierno reformas al Código de Trabajo para que otorgue igual protección a estos dos sectores.
Por último, indicó que es necesario que el Congreso de la República cumpla con los compromisos internacionales y adopte una ley contra el acoso sexual que considere todos los ámbitos laborales, incluyendo a la trabajadora doméstica, que autorice la entrada en vigencia del Código de la Niñez y que prevea un espacio específico para las niñas trabajadoras de casa.
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