Para garantizar a los 250 mil alumnos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) que su despertar a la sexualidad resulte positivo para su desempeño escolar y evitar la deserción, se creó la Unidad de Investigación, Enseñanza y Comunicación en Salud Reproductiva (Uniser).
El jefe de la Uniser, Gregorio Pérez Palacios, explicó que en la unidad se orienta a los jóvenes desde que abrió en julio del 2001 en la prevención de embarazos no planeados, abortos inducidos e infecciones de transmisión sexual (ITS), a la par que establece vínculos con el programa contra las adicciones en los planteles universitarios.
Mencionó que en la Uniser -ubicada en el edificio de Medicina Experimental de la Facultad de Medicina en el Hospital General de México- se investigan los hábitos, estilos de vida y percepciones sobre salud sexual y reproductiva, incluido el uso de anticonceptivosm entre la población universitaria.
La salud sexual y reproductiva cobra importancia en el país, ya que la población adolescente -entre 10 y 19 años de edad– se duplicó en los últimos 30 años.
Pérez Palacios, ex titular de la dirección general de Salud Reproductiva en México, detalló que en 1970 había poco más de 10 millones de adolescentes, mientras que en el 2000 la cifra se elevó a casi 22 millones. La población de hasta 24 años de edad también creció.
Recordó que entre la población adolescente han ocurrido cambios biológicos y sociales. Ejemplo de ello es que el inicio de la menstruación es cada vez más temprana; en contraste, la fecha de la primera unión o matrimonio se retrasa, ampliándose así el periodo en el cual las y los jóvenes deben prevenir embarazos no deseados e ITS.
Pero aunque el conocimiento de métodos anticonceptivos entre la comunidad estudiantil se incrementó con la aplicación de programas de información en la universidad y el sector salud, dicho conocimiento contrasta con el escaso uso de esos métodos entre las y los jóvenes que tienen una vida sexual activa.
«Eso contribuye a que se registren embarazos no deseados, abortos e infecciones de transmisión sexual en un número no precisado, lo cual implica deserción escolar», abundó.
Con el apoyo de otros programas y oficinas de la UNAM, el modelo ofrece información y consejería. Pero cada quien ejerce su derecho a decidir, bajo ninguna circunstancia es coercitivo o discriminatorio, aclaró Pérez Palacios.
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