.- La escuela de la vida es la mejor. Sin menosprecio para el conocimiento que nos llega en diversas formas y los modos impensados. En ella se te acercan programas y personas que donan conocimientos, con mucha disposición y cuando la comunidad ve que sí gusta y funciona, «le entra.»
Desgraciadamente al paso de los cambios gubernamentales, de dependencias, varios de estos programas y proyectos, se ahogan, quedan rezagados, postergados, no cumplen metas, o el presupuesto los va haciendo mutar, desaparecer o dividirse hasta la extinción.
Sin embargo, aún con la presión que han tenido, la delegada estatal del Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe), María Teresa Escobar Zúñiga, y la directora general de Educación Inicial y Preescolar, María del Pilar Saucedo Pinta, cuentan y dan testimonio de cómo han conseguido, contra viento y marea, que perdure el Programa de Educación Inicial.
Es una escuela para padres que, en su momento, ha sido un programa llevado por promotoras y promotores hasta los lugares más áridos de conocimiento y más ávidos de atención. Muchas bardas del estado y el país, con su icono distintivo, en el que ves a una familia como la base de nuestra sociedad, dentro de un corazón, lo atestiguan.
Algunas de esas bardas permanecen pintadas como garantes del trabajo arduo que la promoción de estas capacitadoras y capacitadores de futuros padres, y madres de menores de 4 años logró para la generación del milenio.
Actualmente, en combinación con otros programas y Secretarías, logran la permanencia en algunas plazas. No tantas como años atrás, por eso estimo que sería bueno que continúen respaldándolo y multiplicándolo, y que recobre aquella inercia que, como lluvia de recursos, tuvo a bien crear y documentar quien propuso esta herramienta, como un puntal estratégico para la mejoría de las condiciones de niños y las niñas y sus familias.
Ojala que continúe y vuelva a ser profundamente impulsado. ¿Pero, qué era y cómo llegaba? Como uno de los productos de esa iniciativa, cito:
La compilación de rondas y canciones infantiles de culturas de todo el país, grabadas y distribuidas como material didáctico para la promoción y conservación de tradiciones y cultura popular;
La edición y distribución de libros de texto gratuitos, con información suficiente para la educación desde el vientre y en la cuna, y después de los primeros pasos para la formación de hábitos de higiene, sana convivencia, superación personal; de las necesidades de las niñas y los niños, y manejo de las situaciones difíciles;
Las pláticas sobre violencia familiar; adicciones, derechos humanos y legales; atención del recién nacido; alimentación del seno materno, técnicas de manejo de los menores desde el vientre materno; creencias y medicinas tradicionales, celebración de las fiestas tradicionales y de las festividades para los niños y las niñas; uso del agua y cuidado de los recursos naturales, entre otras.
Capacitación permanente de promotores y promotoras, y materiales didácticos como son juegos, afiches, calendarios, reglas para medir a los niños, detección de la desnutrición, y la organización de iniciativas que coadyuvaran a mejorar la educación, comunicación y comunión en la colonia, la manzana, la comunidad o el pueblo a donde se facilitan, con esto, mejoras en la vida de los menores de edad.
El propio programa tiene organización y metodología, estructura y metas, y llegó en el 2003 al promotor o promotora con esas herramientas. Este programa ha estado en condición –aún en su modestia- de donar mochila, carpetas, pinturas y otros materiales didácticos y de papelería en forma basta, constante y facilitándole su labor al que ejerce el servicio. Y además de un pago, simbólico pero generoso, llegar a la atención de la tarea como una de sus prioridades.
La autoridad en la colonia, pueblo, ranchería o comunidad tiene en esa persona promotora un agente de cambio y de labor, cuyas facultades no son las grandes obras que trascienden de inmediato, sino las pequeñas, que a lo largo de los años se convierten en grandes logros, porque van a contribuir con muchas familias a criar niños y niñas felices.
Este mes, al llegar a sus 25 años, seguramente las personalidades empapadas de estas labores hacen un recuento y evaluación de los alcances y metas en el evento anunciado como: «Una Mirada hacia la Primera Infancia: Logros y Retos.»
Está anunciado a realizarse en Playa Vicente, Tantoyuca, Cosamaloapan, Acayucan, Poza Rica, Benito Juárez y Huatusco; Tuxpan y Orizaba del 14 al 18 de abril; del 21 al 25 en Veracruz y finalmente en Coatzacoalcos del 28 de abril al 6 de mayo, ciudades en las que se encuentra ubicado un Centro de Desarrollo Infantil (Cendi)
Este festejo merece allegar loas a los y las promotores, a las y los directivos, a las secretarías que apoyan y son afines, y agradecimientos que multipliquen el interés, también de la propia comunidad por tener y conservar a sus propios actores de servicio, en mucho altruistas, para las mejoras de las condiciones de sus hijas e hijos.
08/LD/GG